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El sonido de baja frecuencia puede producir dramáticos cambios anímicos en las personas. Se trata de zumbidos de baja frecuencia producidos por aparatos eléctricos o cables, inaudibles pero detectados por el cerebro, que producen sensaciones de presencias extrañas, incomodidad, frío, percepción de apariciones fantasmales o de seres que se pueden llegar a identificar como extraterrestres.
La proliferación de cables de alta tensión, antenas de televisión o líneas telefónicas producen sonidos de baja frecuencia que afectan la salud.
Personas con trastornos anímicos bastante graves se mejoraron rápidamente cuando se detectó el foco generador de vibración sonora de baja frecuencia y se anuló la fuente de propagación. Puede tratarse de motores que se encuentran a mucha distancia, acondicionadores de aire, extractores, cables, o sonidos inaudibles de vehículos o subterráneos que circulan lejos.
El ruido de baja frecuencia pero persistente, presente en los espacios de trabajo es un factor de riesgo a la salud de los trabajadores, además de producir unos costos económicos que pocas veces las empresas conocen y, por lo tanto, no suelen tener en cuenta.
Algunos empleados, por ejemplo los que trabajan en oficinas y despachos, están expuestos a ruidos de bajo nivel sonoro que, sin embargo, al ser constantes producen determinadas alteraciones en su salud. Así, el sonido generado por los ordenadores, impresoras y el tráfico procedente del exterior del edificio, entre otros, pueden llegar a tener efectos nocivos en la salud, en el rendimiento laboral y en el entorno de trabajo:
- Las personas que trabajan expuestas de forma continua a ruidos de baja intensidad tienen más probabilidades de sufrir un trastorno cardiovascular.
- Este tipo de ruido afecta tanto a la cantidad como a la calidad del sueño, lo que hace que los trabajadores estén más cansados, lo que puede hacer que cometan con mayor facilidad errores que pueden generar accidentes laborales.
- Puede provocar una sensación de malestar que altere el comportamiento habitual de los trabajadores, volviéndolos menos tolerantes y más irritables.
- El ruido dificulta la comprensión de los mensajes (alarmas sonoras o verbales, etc.), lo que perjudica la seguridad en el centro de trabajo.
http://psicologia.laguia2000.com/general/el-sonido
Carta nº 23: Ruido de baja intensidad, el enemigo oculto en su empresa
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