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lunes, 3 de enero de 2011

El BID y la economía “verde”...

Por Mónica Oblitas - Los Tiempos - 2/01/2011

Dinero | Financiar estrategias que ayuden a enfrentar el cambio climático es tarea no sólo del sector público, sino también del privado. Las reglas las pone el Estado.

Uno de los puntos principales respecto a la estrategia para afrontar el cambio climático en el mundo es de dónde provendrán los recursos financieros para desarrollar una tecnología amigable con el medio ambiente, transferirla y apoyar los proyectos de mitigación y adaptación de los países en desarrollo, además de alimentar los fondos que se están creando para los diferentes aspectos que tiene esta problemática.

Steven R. Wilson, coordinador de Cambio Climático del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), explica en esta entrevista la importancia que tiene el sector privado para fortalecer la parte económica respecto al cambio climático bajo el marco regulatorio estatal.


¡OH!: ¿El problema del cambio climático y las formas de adaptación y mitigación de él deben corresponderle sólo al sector público? ¿Qué sucede con la responsabilidad del sector privado, que es el que más se ha enriquecido con la industrialización?

No tengo sólo una respuesta, porque en el caso del Fondo Verde hay un papel clave con los actores del sector privado, pero necesitamos recordar que el papel del sector público en el marco regulatorio es fundamental para definir la estructura de cómo van a funcionar los precios de los bonos de carbono, por ejemplo, o los precios relativos realizados por inversionistas. La respuesta del cambio climático tiene que ser una combinación de fuerzas entre el sector público y el privado.

En el contexto de estos fondos hay oportunidades para atraer a inversionistas privados que podrían invertir en temas como la Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación (REDD+), con normas de protección social y ambiental para las comunidades indígenas, respetando los derechos de tierra y propiedad y priorizando las reglas de preservar el medio ambiente.

¡OH!: ¿Qué sucede en cuanto a la transferencia de tecnología para los países en desarrollo?

Hay mucho capital privado, y la mayoría de la innovación tecnológica vendrá de fuentes privadas en el mundo. El capital y flujos de financiamiento para responder a este desafío del cambio climático tiene que venir de fuentes privadas a largo plazo, pero el papel del Estado es clave: es el primero en decidir y definir las regulaciones y las leyes para que el sector privado se mueva. Los inversionistas no pueden hacer cálculos de sus inversiones porque no tienen una idea de los riesgos y las reglas del juego.
Hay casos específicos, como eficiencia energética, donde inversionistas privados podrían contribuir a muchas soluciones con mecanismos diferentes. Hay muchas oportunidades de inversión, pero trabajando bajo el paraguas del sector público.

¡OH!: Pero, ¿éste es un proceso voluntario? ¿No hay forma de hacer que sea obligatorio?

Hay normas y requisitos voluntarios que se están implementando para reducir los gases de efecto invernadero como parte del proceso de producción, lo cual es voluntario en Estados Unidos. Sin embargo, en Europa es totalmente diferente en el tema de regulación porque allí es obligatorio.

Una de las causas para que las compañías estén siguiendo con estos procesos es que pueden ahorrar dinero bajando sus costos de producción. La ecoeficiencia puede ser igual de positiva financieramente hablando.

¡OH!: Sin embargo, todo gira alrededor de la ganancia, lo que pone en desventaja a los que tienen menos…

No siempre, pero es cierto que el sector privado siempre busca su propio interés. Sin embargo, esta iniciativa privada puede dar un importante capital de innovación tecnológica, de energía limpia. Pero es cierto: los inversionistas piensan en términos de recuperar lo que han invertido, por eso es tan importante que el sector estatal defina las reglas del juego. Es como el Ying y el Yang: el Estado define las fronteras de la acción privada, y este sector las cumple.

Es fundamental que el Estado defina las políticas, por ejemplo, en el caso de los bosques y de REDD+ respecto a las comunidades indígenas y sus derechos para que las inversiones privadas no las afecten. En mi opinión, el sector privado entiende esto, hay muchos negociadores en este proceso. En el caso de inversiones que tienen impacto respecto al cambio climático, la mayoría de los inversionistas entiende que el tema es complejo. El motivo de las ganancias siempre está presente, pero los inversionistas que tienen éxito en este mercado tienen una gran comprensión de esta complejidad y funcionan dentro de ella.

¡OH!: ¿Qué países tienen mayor incidencia del sector privado en sus estrategias de financiamiento respecto al cambio climático?

Creo que hay muchas cosas interesantes que están sucediendo en Europa y Japón. En Estados Unidos es un ambiente diferente, pero hay temas que son muy abordados, como es el de los bosques, la eficiencia energética y la producción más limpia. En la mayoría de los casos, estos programas tienen un incidente netamente económico.

Para el BID, esto es una ventaja porque queremos atraer inversiones donde los que invierten puedan ganar mientras mejoran el medio ambiente y reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero y otra contaminación.

¡OH!: ¿Cómo funcionaría el manejo de los fondos del sector privado? ¿Mediante impuestos, por ejemplo?

Hay muchos mecanismos. Los impuestos son un tipo de instrumento que no es muy aceptado en el mundo porque a nadie le gusta pagarlos, pero existen por ejemplo los bonos de carbono que pueden venderse en un mercado específico. Sin embargo, para cualquier forma es necesario el marco regulatorio del Estado para que los negociantes puedan trabajar.

¡OH!: Hay trasnacionales que trabajan hace muchos años por ejemplo en el sector petrolero. ¿Cómo se puede hacer para que se “pongan al día” con sus aportes financieros respecto al cambio climático?

Los empresarios en todo el mundo tienen que registrar sus regulaciones ambientales cada año en los distintos países. Es cosa de poder manejar la economía política para utilizar los mercados que ya existen, y poner reglas para los que se van a desarrollar.
Es posible que en el futuro se puedan poner límites efectivos que ya están inscritos dentro del Protocolo de Kioto, y hacer que los países que no están dentro de este protocolo se unan.

Requerimos promover incentivos positivos para cambiar los procedimientos dentro de algunas empresas mostrando que ser amigables con el medio ambiente sí les da un beneficio económico, que es de su propio interés ser más “verdes”. Éste debe ser el primer paso antes de imponer regulaciones muy duras e inflexibles. Hay muchas cosas progresivas dentro del sector privado. Sin embargo, como en todo el mundo, todavía hay poco conocimiento respecto al cambio climático.

La ventaja del sector privado es que es más rápido, más creativo, puede desarrollar e invertir en tecnología y procesos nuevos y “verdes”, y siempre es más eficiente y menos burocrático en el caso de la innovación.


¡OH!: ¿Cómo trabaja el BID para atraer las inversiones privadas hacia lo “verde”?

Hay un fondo multilateral, el Fondo de Inversión Climática de donantes en Europa, Estados Unidos y Japón, para promover el uso de tecnología “verde” y renovable, promoviendo la eficiencia energética y los bosques sostenibles. En el caso del sector privado podemos usar estos fondos para estructurar los cimientos de una inversión más atractiva. Queremos empujar al sector privado y al sector público a invertir en energía eólica, solar, hídrica, etc.

El año pasado, el BID estructuró un financiamiento para una granja de energía eólica que es la más grande de Latinoamérica y está en Guajaca (México); hemos atraído una gran inversión privada. Probablemente sin los recursos del BID, el sector privado solo no hubiera participado. Uno de los objetivos del BID es también reducir los riesgos para las inversiones, no garantizar ganancias, pero sí tener reglas claras.

¡OH!: ¿Cuáles son esos riesgos?

Hay muchos riesgos, por lo mismo que estamos en un proceso de cambio climático donde todo está cambiando. Si mis proyecciones son equivocadas sobre los vientos respecto a una granja eólica, por ejemplo, los resultados serán inesperados.
También hay riesgos regulatorios, ya que las inversiones de este tipo dependen de las leyes. Y hay riesgos respecto a los impactos ambientales que pueden ocurrir en una inversión como ésta.

¡OH!: ¿Qué opina respecto a la posición del Gobierno boliviano de no participar en el mercado de carbono?

Respeto la posición del presidente boliviano, y no puedo hablar en nombre del BID, pero personalmente considero que los mercados de carbono son una oportunidad para mucha gente. Hay ya varios proyectos que se están trabajando al respecto en diferentes países. Se está usando el dinero de estos bonos para ponerlos en fondos sociales. Los mercados de carbono son una oportunidad de tener alguna ventaja sobre una fea situación que afecta sobre todo a los más pobres.


http://www.lostiempos.com/oh/entrevista/entrevista/20110102/el-bid-y-la-economia-%E2%80%9Cverde%E2%80%9D_106596_208544.html

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