REDES

Siguenos en Facebook Síguenos en Twitter Siguenos en Linkedin Siguenos en Blogger

domingo, 9 de enero de 2011

¿Cómo se identifican las alergias en el trabajo?




Más de 350 agentes en el medio laboral han sido identificados como potenciales causantes de alergias. Algunos son capaces de producir sus efectos a muy bajas dosis de exposición. Además, frecuentemente, los trabajadores están expuestos a varios agentes sensibilizantes o a mezclas de los mismos en su ambiente de trabajo, lo que hace más compleja y difícil la situación.

La identificación de los casos de alergia en el trabajo no se diferencia, en principio, de otro tipo de enfermedad profesional. Sin embargo, tienen de particular que no afectan más que a una parte de los trabajadores expuestos, a diferencia, por ejemplo, de los tóxicos que producen unos efectos similares a la mayor parte de los expuestos.

Las dermatitis

Para el diagnóstico de dermatitis alérgicas existe un gran número de pruebas cutáneas. Se han desarrollado baterías de test diagnóstico específicas tanto para profesiones como para grupos de sustancias. En ocasiones nos encontramos que a un trabajador se le diagnostica la alergia a una sustancia que, en principio, no aparece entre las que se utilizan en la empresa y de ahí nace la negativa de las aseguradoras a reconocer la enfermedad profesional. Sin embargo, la sustancia puede aparecer de otras formas: como resultado de un producto secundario que se forma durante el proceso de producción o como una impureza que acompaña a los materiales. Por ello, el estudio de estas patologías requiere la inspección directa del puesto de trabajo y una exhaustiva investigación de los procesos.


El asma

Lo mismo ocurre a la hora de diagnosticar un asma profesional: la visita directa al puesto de trabajo y una revisión exhaustiva de las tareas que se realizan son necesarias. Hay que prestar especial atención al tipo de sustancias que se manejan y en las condiciones que se hace. Aun en el caso de que la evaluación de riesgos esté presumiblemente bien hecha, siempre habrá que revisarla. Por otro lado, la entrevista médica, con el relato abierto del trabajador con sus propias palabras y opiniones, no puede ser sustituida por los cuestionarios o las encuestas.

Existen dos tipos de asma: uno con período de latencia, es decir que requiere meses o incluso años para que se desarrolle la sensibilización, y el otro es de desarrollo inmediato. Las del primer tipo vienen producidas por sustancias animales, vegetales o sustancias químicas. A menudo es precedida por una rinitis. Las sustancias más frecuentemente implicadas son las harinas, el látex de los guantes, los isocianatos de las pinturas a pistola, las sustancias y productos metálicos, los aditivos del caucho, los productos de peluquería y cosmética y los biocidas, entre otros. Médicamente hay que precisar que la atopia o predisposición familiar no representa un factor de riesgo individual de asma profesional, salvo en los casos de asma originada por productos animales.

La evolución de los síntomas es muy típica y la suele referir con claridad el propio trabajador: aparecen durante los días que se trabaja, mejorando fines de semana y vacaciones, con reproducción de la afectación cuando se vuelve a trabajar. Esta situación se puede estudiar médicamente mediante el test de pico-flujo (Registro del Flujo Espiratorio Máximo en el Asma Ocupacional). Se proporciona al afectado un aparato portátil que mide las variaciones de la función respiratoria del trabajador a lo largo de la jornada de trabajo.

El segundo tipo de asmas lo constituyen las inducidas por irritantes: gases, vapores o aerosoles con irritantes en concentraciones elevadas como agentes de limpieza clorados, derivados de azufre, etc. Tras exposiciones únicas o repetidas, a elevadas concentraciones del agente irritante, aparece un cuadro asmático. Se le conoce con el nombre médico de Síndrome Disfunción Reactiva de las Vías Aéreas y como tal está reconocido como enfermedad profesional. Los síntomas son los mismos del asma, pero se diferencia en que no se trata de un problema inmunológico. Es únicamente un fenómeno irritativo de las vías respiratorias superiores. Estos trabajadores, una vez recuperados, no deberían volver a exponerse al agente irritante y requieren seguimiento médico periódico.

Para el diagnóstico médico del asma existen diferentes tipos de pruebas de sensibilización mediante test de sustancias en piel y diversos análisis inmunológicos. Las pruebas funcionales, la conocida espirometría, ayudan a detectar el grado de obstrucción respiratoria que sufre el afectado. Se utilizan también los llamados test de hiperreactividad bronquial inespecífica. Ya en un nivel más especializado se pueden realizar los test de provocación bronquial específicos (exposición controlada a agentes sospechosos). Tienen riesgos secundarios importantes que requieren que se realicen en un servicio especializado, con personal entrenado y donde se cuente con medios para atender posibles complicaciones urgentes. Esta prueba sólo está justificada en el caso de que otros exámenes no hayan permitido establecer un diagnóstico suficiente. En resumen, al diagnóstico del asma profesional se llega por una combinación de recogida de información y de pruebas clínicas, pero sin olvidar que la entrevista al trabajador juega un papel principal.

01/12/2010 - Pepe Roel. Revista Por Experiencia - ISTAS

http://www.prevention-world.com/articulos_de_prevencion/articulo.asp?ID=842

No hay comentarios: