Agroinformación.-El acuerdo internacional aprobado en Cancún contra el cambio climático sosegó a los ecologistas, pero no olvidan que la esperanza de una ley contra la emisión de CO2 naufragó en 2010 en Estados Unidos.
El Gobierno de Barack Obama tuvo un papel activo para llegar a un acuerdo en Cancún, para ayudar a los países en desarrollo a afrontar el calentamiento global.
Pero un proyecto de ley tendente a reducir las emisiones de CO2 en Estados Unidos naufragó este año en el Senado de ese país.
Ahora bien, la actitud que adoptará Estados Unidos, será crucial para la continuación de las negociaciones internacionales, ade cara al próximo año en Durban, Sudáfrica. "La cuestión de si Estados Unidos estará a la altura de sus compromisos comentaba en Cancún el ecologista Jake Schmidt, del Consejo para la Defensa de los Recursos Naturales.
Estamos lejos del ambiente que prevalecía hace dos años, cuando la llegada de Obama al poder suscitaba la esperanza del fin del escepticismo sobre el clima.
El principal negociador estadounidense sobre el clima, Todd Stern, destaca que el acuerdo de Cancún debería satisfacer a los legisladores estadounidenses que insistieron en la importancia de la verificación de las medidas anti-calentamiento que serán tomadas por otros países como China.
El Congreso no tendrá que pronunciarse sobre Cancún, pero deberá aprobar los financiamientos de 100.000 millones de dólares anuales por los países ricos. Senadores republicanos ya se comprometieron a combatir esa disposición.
"Estados Unidos no tiene ningún interés en gastar miles de millones de dólares de los contribuyentes para combatir el cambio climático".
Para Alden Meyer, especialista en cambio climático, será imposible convencer a los escépticos del calentamiento global, pero el acuerdo de Cancún es un paso en la buena dirección.
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