En los últimos dos balances ambientales de la petrolera no se hace referencia a la ejecución de prácticas de preparación contra eventos, como el ocurrido en el Guarapiche
La palabra simulacro prácticamente está ausente en las 423 páginas de información oficial. Pdvsa no rindió cuentas detalladas sobre un tema clave en los balances de gestión social y ambiental de 2009 y 2010: cómo ejercita la capacidad de respuesta ante la eventualidad de derrames de hidrocarburos en cuerpos de agua. La omisión en esos informes el de 2011 aún no ha sido publicado no pasa inadvertida hoy. Casos como el de la contaminación del río Guarapiche, en Monagas, por la rotura de un oleoducto de la Planta de Extracción de Jusepín el 4 de febrero, dejaron en evidencia fallas en la ejecución del PNC, Plan Nacional de Contingencia, señalan expertos y se desprende de documentos internos de la corporación.
La importancia de los simulacros no sólo está señalada en los manuales internacionales y de Pdvsa. Los especialistas la defienden también: "Son vitales paraevaluar los aspectos de la respuesta que deben ser mejorados", dice Carlos Corrie, ex gerente de Seguridad, Higiene y Ambiente de la empresa.
En 1998 se jubiló después de tres décadas de servicio. Fue una de las figuras clave en el diseño del PNC, creado hace 28 años. El país fue dividido en cinco zonas costeras, según la ubicación de los mayores complejos petroleros y las principales rutas de tanqueros. Luego se establecieron dos áreas más en Apure y Zulia en vista de los constantes sabotajes de la guerrilla en oleoductos colombianos que provocaban derrames en los ríos Arauca y Catatumbo.
Corrie, que tiene 73 años de edad y ahora es consultor, recuerda cómo trabajaba: "Hacíamos anualmente un gran simulacro en una de las zonas del PNC. Además, periódicamente se hacían ejercicios con países vecinos como Colombia y Trinidad y Tobago, y teníamos convenios con cooperativas internacionales especializadas en la recolección por si ocurría un accidente con un tanquero".
Lección en Alaska. El ejecutivo aprendió una gran lección cuando conversó en 1989 con el capitán Joseph Hazelwood, involucrado en uno de los peores accidentes registrados en la historia por la industria petrolera mundial: el del tanquero Exxon Valdez. La embarcación encalló en Alaska y derramó más de 260.000 barriles de crudo pesado en 2.000 kilómetros de costas vírgenes.
El entonces gerente de Pdvsa había sido invitado a Estados Unidos a explicar cómo funcionaba el PNC. Una noche encontró al marino mercante en un hotel de la ciudad ártica de Anchorage: "Me habló, entre otras cosas, de la tardanza en la respuesta. En la emergencia se dieron cuenta de que algunos equipos no funcionaban y que otros estaban lejos".
Cada instalación petrolera debe tener planes de contingencia locales, especialmente aquellas, como la de Jusepín, cercanas a cuerpos de agua estratégicos como el Guarapiche, del cual depende el suministro de agua potable y riego para Maturín y poblaciones vecinas, y la vida de especies protegidas de flora y fauna. "En ese tipo de complejos también deben hacerse prácticas periódicas", recomienda Corrie. Los informes oficiales también obvian presentar información sobre los programas de mantenimiento y de inversión en equipos para atender derrames. Esa, recuerda el ex gerente, es otra variable básicapara garantizar la capacidad de respuesta.
Los voceros del Gobierno han insistido en que Pdvsa actuó con rapidez en Monagas, a pesar de que no se pudo cerrar la fuente del derrame por casi un día, de que el crudo contaminado llegó a las bocas de la planta potabilizadora del Bajo Guarapiche que fueron cerradas por precaución y de que recorrió más de 70 kilómetros hasta contaminar zonas de manglares en los caños Francés, Colorado y Cuatro Bocas. Las imágenes de hombres sin camisa recogiendo petróleo indignaron a técnicos que interpretaron las fotos como señal de improvisación. Documentos de Pdvsa entregados por el diputado Hirám Gaviria a la Fiscalía indican que hubo órdenes contradictorias que retardaron el cierre del flujo de petróleo.
Transparencia. La no rendición de cuentas sobre los simulacros contra derrames preocupa a expertos. "Si no contienen la información es porque tal vez no se hicieron", dice Juan Carlos Sánchez, experto en ciencias ambientales.
Afirma que en los informes anuales deberían existir datos claros como, por ejemplo, el número de horas dedicadas a la capacitación o la cantidad de prácticas. En los balances sólo hay referencias generales sobre actividades realizadas, por ejemplo, por la Unidad de Control de Emergencias de Occidente o sobre un simulacro "de mesa". En la página web dePdvsa es poca la información: apenas una nota de mayo de 2008 sobre un taller de control de derrames llevado a cabo en La Salina, Zulia.
El Instituto Nacional de Espacios Acuáticos informó sobre tres prácticas que se realizaron en puertos zulianos en el segundo semestre de 2011. La última información referida a Monagas correspondió a un simulacro del derrame de 100 barriles ejecutado en 2010.
Son piezas en un rompecabezas que Pdvsa no organizó para demostrar cómo se preparaante una contingencia. Con información de Fabiola Zerpa
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