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sábado, 10 de marzo de 2012

@ Evite la pérdida de productividad reforzando unos hábitos de alimentación adecuados en su plantilla

Una alimentación inadecuada genera problemas de salud físicos y mentales como sobrepeso, estrés, falta de interés, irritabilidad y otras patologías que desencadenan en un bajo rendimiento laboral y un aumento del absentismo. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha cuantificado los efectos negativos que tienen para las empresas los malos hábitos de alimentación de los trabajadores, asegurando que causan una pérdida de productividad de hasta el 20%.   
Los trabajadores pasan aproximadamente un tercio del día en sus puestos, por lo que necesitan una alimentación adecuada para desempeñar en buenas condiciones físicas y mentales su actividad. Muchas empresas, sobre todo grandes compañías o multinacionales, llevan ya tiempo desarrollando iniciativas para difundir a su plantilla hábitos alimenticios saludables, que les han permitido no sólo mantener una buena productividad, sino incluso mejorarla.  

Entre las recomendaciones de alimentación que puede difundir a sus trabajadores, en función del tipo de trabajo que desarrollen, se encuentran las siguientes:

  • Trabajos sedentarios (personal de oficina, conductores, etc.). Como este tipo de actividades conlleva un bajo gasto de calorías, se tienen que evitar las dietas hipercalóricas, porque pueden producir con facilidad sobrepeso y obesidad. La alimentación tiene que ser equilibrada y hay que controlar la cantidad de alimentos que se ingieren. En el tiempo libre es recomendable realizar deporte moderado, pero con regularidad, como caminar, nadar, etc. 
  • Trabajos físicos o con una elevada carga psíquica (trabajadores de la construcción, repartidores, empresarios y directivos, etc.). Hay que aumentar un poco el aporte de calorías para recuperar las energías perdidas, y hay que consumir especialmente alimentos con nutrientes relacionados con el buen funcionamiento del sistema nervioso y la capacidad de concentración y el rendimiento intelectual, por ejemplo: vitaminas del grupo B, vitamina E y algunas sales minerales (potasio, magnesio y zinc). 
  • Trabajadores con horarios especiales (trabajo a turnos y trabajo nocturno). Los trabajadores que tienen este tipo de jornadas suelen abusar de los bocadillos y las bebidas excitantes (café, refrescos de cola, etc.). Hay que moderar el consumo de estos alimentos y bebidas y, sobre todo, evitar las comidas copiosas porque producen somnolencia y aumentan el riesgo de sufrir un accidente laboral.
  • Trabajadores que tienen que comer en la cafetería de la empresa o restaurantes. Evitar el consumo de comida rápida hipercalórica. Optar por primeros platos ligeros y sustituir los fritos por una guarnición vegetal. De postre elegir fruta fresca en lugar de pastelería y preferiblemente acompañar la comida con agua.      
¡Atención!: Pero no sólo es importante vigilar la alimentación, sino también lascondiciones en las que se toman los alimentos. La exigencia por cumplir plazos y la sobrecarga de trabajo hacen que, en ocasiones, algunos trabajadores coman en muy poco tiempo o incluso que lo hagan delante de sus ordenadores. La hora de la comida tiene que ser un tiempo de descanso y de desconexión del trabajo. Por lo tanto, hay que separarse físicamente del puesto y dedicar al menos media hora a comer
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Carta de Prevención e-letter quincenal de riesgos laborales

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