Los índices de incidencia -que indican los accidentes que hay por cada 100.000 afiliados a la Seguridad Social- descendieron, tanto en el caso de los accidentes leves como en el de los graves. Y lo hicieron sobre todo en el sector industrial. En cambio, a pesar de la caída de la construcción, 28 personas murieron en la obra, las mismas que en 2008. Eso supone que la siniestralidad laboral mortal del sector triplica la de la industria, la agricultura y los servicios.
UGT reprochó a Trabajo que no incluya en los datos los 150.212 trabajadores que sufrieron algún accidente pero que no pidieron la baja y los 16.007 que tuvieron incidentes en algún desplazamiento.
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