Mañana es lunes y el trabajo se puede convertir en una obsesión que la persona afectada usará para escapar de situaciones desagradables en la vida o en busca del éxito aún no encontrado, advierte el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Se trata, habitualmente, de individuos muy competitivos y ambiciosos, que necesitan destacar en lo que realizan, pero a la vez, son inseguros, solitarios y aislados del ámbito social.
Pedro Camacho Cerón, psiquiatra del Hospital General de Zona (HGZ) No.30 del Instituto, señaló que por diversos motivos: más ingresos económicos, reconocimiento social y autoafirmación a través de la aprobación de sus superiores o, incluso, por ansiedad, algunos hombres y mujeres colocan el trabajo en primer sitio, prefiriéndolo por encima del hogar, la familia y los amigos sin importarles la sobrecarga laboral.
Sin embargo, el problema no radica en la cantidad de horas empleadas en él o llevarse parte del trabajo a casa. Se produce cuando la persona relega a la familia y a las amistades a un segundo plano, es incapaz de disfrutar del tiempo de ocio y convierte su centro de trabajo en el refugio ideal para todo aquello que le desagrada.
Esta disfunción, que puede presentarse consciente o inconscientemente, abundó el especialista, conducirá a la persona afectada a enfrentar problemas de salud física y emocional.
Para corregirla, el doctor Camacho Cerón comentó que el tratamiento más efectivo que brinda el Seguro Social, consiste en hacer conciencia en el paciente, a través de sesiones de terapia, acerca de que esa actitud afecta su vida en todos los ámbitos, y de esta forma reintegrarlo a la convivencia social plena; además, en caso necesario, el médico puede recetar algún medicamento ansiolítico para contrarrestar la angustia.
Quien ha desarrollado dependencia del trabajo, mostrará los trastornos típicos del estrés negativo, como alteraciones emocionales, insomnio, irritabilidad y fatiga. También se encuentra expuesto a enfermedades como úlcera estomacal, hipertensión, bronquitis crónica o incluso, infartos
Destacó, empero, que el derechohabiente con este adicción al trabajo, ocasionalmente llega a consulta por otras razones: ansiedad o estrés, y al momento de la entrevista con el psicólogo o psiquiatra, aflora que el origen del problema está, precisamente, en su obsesión por trabajar a deshoras.
Este padecimiento, explicó el especialista del Seguro Social, se presenta más entre los varones, por motivos culturales, ya que durante siglos al hombre se le confirió el papel de proveedor, mientras la mujer, por lo general, permanecía en casa para atender a los hijos.
Sin embargo, en la actualidad ambos géneros trabajan, por lo que algunos hombres dedicarán más tiempo al empleo a fin de no sentirse desplazados por las mujeres. La diferencia, estableció el psiquiatra del HGZ No.30 del Instituto, radica en que la mujer valora de otra forma el trabajo, pues mantiene claros sus compromisos, sabe que también deberá atender las labores del hogar, a los hijos, etcétera.
Además, dijo, mientras el varón enfoca su atención hacia el éxito y los retos que tiene que vencer en alcanzarlo, ella, desde su perspectiva, está más ocupada por verse y sentirse valiosa.
El doctor Camacho Cerón destacó que esta situación no debe confundirse con el gusto por trabajar, y subrayó la necesidad de enamorarse (erotizar, es el término usado en medicina psiquiátrica) de él.
Quien tiene entusiasmo por el trabajo, concluyó, se realiza en él porque, además de un medio de sustento, le permite estimular su creatividad y autoestima; mientras que el obsesivo asume las labores desde una perspectiva enfermiza, en la que olvida la importancia de otras dimensiones de la vida, como el descanso, que también es necesario.
Fuente: IMSS
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