"Hay un enorme costo económico y un costo humano", dijo la autora principal del estudio, Debra Lerner 02 de enero 2010 | 02:30 pm - EFE
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El estrés psicológico en la oficina o el sitio de empleo puede hacer más difíciles que los trabajadores afectados por depresión desempeñen sus tareas y sean productivos, según un estudio que publica la revista American Journal of Health Promotion.
"Hay un enorme costo económico y un costo humano", dijo la autora principal del estudio, Debra Lerner, directora del Programa sobre Salud, Empleo y Productividad en el Instituto de Investigación Clínica y Estudios de Políticas de Salud del Centro Médico Tufts. "Tenemos que desarrollar y probar programas que enfoquen directamente la situación en el empleo de las personas con depresión", añadió.
Los investigadores analizaron los casos de 14.268 adultos empleados y compararon la situación de 286 trabajadores deprimidos y 193 no deprimidos. Para el estudio, el equipo reclutó participantes entre 2001 y 2003 en consultorios de médicos. En muchos casos, los trabajadores afectados por la depresión tenían problemas en su sitio de empleo, dijo Lerner. "A menudo estaban fatigados y tenían problemas de motivación, indicó. "También podían tener dificultades para ajustarse al ritmo de trabajo o a una rutina, para desempeñar tareas físicas y aún para el manejo de su carga de trabajo habitual".
Las conclusiones del estudio indican que hay una vinculación entre la productividad de un empleado y su capacidad para controlar su trabajo.
"El sitio de trabajo sí desempeña una parte importante", apuntó Lerner.
Ronald Kessler, profesor del Departamento de Políticas de Salud en la Escuela Médica de la Universidad de Harvard, señaló en el artículo que las conclusiones del estudio "son coherentes con un creciente conjunto de pruebas de que la depresión tiene importantes efectos adversos en el desempeño laboral, tanto por el ausentismo como por el comportamiento en el trabajo".
La depresión tiene un efecto mayor sobre la asistencia y la productividad que "la gran mayoría de otras condiciones de salud, con excepción quizá de los problemas músculo esqueletales y el insomnio", añadió.
Kessler dijo que esas conclusiones han llevado al desarrollo de varios programas para detectar la depresión en el sitio de trabajo y para tratar a los trabajadores afectados.
"Las evaluaciones empiezan a mostrar que estos programas pueden ser eficientes en términos de costos cuando se aplican cuidadosamente en la reducción de los costos indirectos de la depresión", añadió.
Articulo extraído del Diario El Nacional, 3 de enero 2010
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