Cada profesión tiene su riesgo. Y la enseñanza no es la excepción. El camino al trabajo, las escaleras, una piedra en mal sitio o bajar de una tarima puede suponer un riesgo para los docentes. Tal es así que desde el año 2007 hasta el curso escolar 2010/2011, inclusive, en la provincia de Málaga se registraron un total de 236 accidentes laborales en el sector de la enseñanza. Es una cifra prácticamente insignificante, sobre todo si se tiene en cuenta que en la provincia hay más de 20.000 docentes, aseveran desde el gabinete de Seguimiento y Salud Laboral del profesorado, organismo dependiente de la Junta de Andalucía.
Los accidentes laborales que se registran con más frecuencia son los que suceden in itinere. Así, el 25% de los 236 registrados desde hace cuatro años se deben a esta tipología. Un accidente de tráfico en la ida o vuelta del centro escolar son los accidentes más comunes, que obligan a los docentes afectados a darse de baja hasta que se recuperan. Este tipo de accidentes no tiene un perfil del profesorado. La cifra de mujeres y hombre que sufren este tipo de accidentes son muy similares. Tampoco hay una edad concreta de sufrir estos accidentes, señala le responsable del gabinete, Maximino Serrano.
Nuestra profesión no nos lleva a sufrir grandes riesgos. En las carreteras estamos tan expuestos como cualquier otro trabajador, así que no lo considero como un riesgo ligado a nuestro trabajo, explica una docente del IES Juan Ramón Jiménez de la capital.
A esta tipología le siguen las caídas al mismo nivel o a diferente nivel. En concreto, ambas suponen el 20% de los accidentes laborales de los docentes. Aquí si ha un perfil del accidentado. Las mujeres son más propensas a caerse por las escaleras o a torcerse un tobillo mientras caminan por el centro escolar. Aunque no hay un estudio de la causa, todo parece indicar que es el calzado el que tiene la culpa en este tipo de siniestros. Las profesoras suelen llevar tacones, lo que hace más fácil que se hagan un esguince o tropiecen, señalan desde del gabinete de Seguimiento y Salud Laboral del Profesorado.
Los accidentes laborales se concentran en dos épocas del año concretas. El inicio y el final de curso escolar. La causa se desconoce pero la mayoría de los accidentes suceden en los meses de septiembre, octubre, mayo y junio. Quizás si llueve mucho durante el invierno se produce algún resbalón que otro. Pero es poco frecuente. La mayoría de las bajas por accidente laboral se registran cuando comienza el curso escolar, explica Serrano.
Siempre llevo tacones en clase y nunca he tenido ningún problema. Si llueve da igual qué tipo de calzado lleves. Prácticamente todos los zapatos, con tacón o sin el, se resbalan. Esto es más una cuestión del tipo del suelo que tenga el centro y no del zapato que se use, explica una profesora del CEIP Denis Belgrano.
Un dato que destacan desde Educación, es que nunca se ha registrado un accidente laboral mortal. Este sector no es propenso a registrar accidentes laborales. Es una profesión segura, con algún que otro percance. Por suerte no han habido accidentes mortales esperemos que los datos continúen en esta línea, añaden desde el Gabinete.
A esta lista de accidentes laborales le siguen los infartos y otras patologías cardiovasculares. Son muy poco frecuentes este tipo de sucesos, explican. Así, según los datos del pasado curso escolar, en la provincia se produjeron nueve accidentes laborales, de los cuales cinco fueron in itinere, tres fueron caídas de mismo nivel y otro fue un infarto.
Los accidentes laborales que se registran con más frecuencia son los que suceden in itinere. Así, el 25% de los 236 registrados desde hace cuatro años se deben a esta tipología. Un accidente de tráfico en la ida o vuelta del centro escolar son los accidentes más comunes, que obligan a los docentes afectados a darse de baja hasta que se recuperan. Este tipo de accidentes no tiene un perfil del profesorado. La cifra de mujeres y hombre que sufren este tipo de accidentes son muy similares. Tampoco hay una edad concreta de sufrir estos accidentes, señala le responsable del gabinete, Maximino Serrano.
Nuestra profesión no nos lleva a sufrir grandes riesgos. En las carreteras estamos tan expuestos como cualquier otro trabajador, así que no lo considero como un riesgo ligado a nuestro trabajo, explica una docente del IES Juan Ramón Jiménez de la capital.
A esta tipología le siguen las caídas al mismo nivel o a diferente nivel. En concreto, ambas suponen el 20% de los accidentes laborales de los docentes. Aquí si ha un perfil del accidentado. Las mujeres son más propensas a caerse por las escaleras o a torcerse un tobillo mientras caminan por el centro escolar. Aunque no hay un estudio de la causa, todo parece indicar que es el calzado el que tiene la culpa en este tipo de siniestros. Las profesoras suelen llevar tacones, lo que hace más fácil que se hagan un esguince o tropiecen, señalan desde del gabinete de Seguimiento y Salud Laboral del Profesorado.
Los accidentes laborales se concentran en dos épocas del año concretas. El inicio y el final de curso escolar. La causa se desconoce pero la mayoría de los accidentes suceden en los meses de septiembre, octubre, mayo y junio. Quizás si llueve mucho durante el invierno se produce algún resbalón que otro. Pero es poco frecuente. La mayoría de las bajas por accidente laboral se registran cuando comienza el curso escolar, explica Serrano.
Siempre llevo tacones en clase y nunca he tenido ningún problema. Si llueve da igual qué tipo de calzado lleves. Prácticamente todos los zapatos, con tacón o sin el, se resbalan. Esto es más una cuestión del tipo del suelo que tenga el centro y no del zapato que se use, explica una profesora del CEIP Denis Belgrano.
Un dato que destacan desde Educación, es que nunca se ha registrado un accidente laboral mortal. Este sector no es propenso a registrar accidentes laborales. Es una profesión segura, con algún que otro percance. Por suerte no han habido accidentes mortales esperemos que los datos continúen en esta línea, añaden desde el Gabinete.
A esta lista de accidentes laborales le siguen los infartos y otras patologías cardiovasculares. Son muy poco frecuentes este tipo de sucesos, explican. Así, según los datos del pasado curso escolar, en la provincia se produjeron nueve accidentes laborales, de los cuales cinco fueron in itinere, tres fueron caídas de mismo nivel y otro fue un infarto.
26/09/2011 - malagahoy.es - Málaga
____________________
No hay comentarios:
Publicar un comentario