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martes, 8 de noviembre de 2011

El insomnio no sólo afecta a la seguridad de sus trabajadores, sino que también conlleva un coste para la empresa


Uno de cada cinco trabajadores sufre insomnio. Seguramente entre su plantilla hay gente que tiene dificultades para conciliar el sueño pero, ¿alguna vez se han tomado medidas preventivas al respecto? Si no lo ha hecho es conveniente que lo haga ahora, porque el insomnio conlleva elevados costes laborales para las empresas causados por el bajo rendimiento de los que lo sufren, su mayor siniestralidad laboral y porque la falta de sueño puede llevar a la depresión, lo que puede provocar una baja laboral. Según un estudio dirigido por la Escuela Médica de Harvard (EEUU), el tiempo medio que pierden los trabajadores que sufren insomnio es de 7,8 días al año.
 
El otoño es la época del año en la que se disparan los casos de insomnio, y es que la disminución de las horas de luz solar (se pasa de 12 horas en verano a 9 en otoño) y la vuelta a la rutina laboral pueden alterar de forma transitoria el ritmo biológico y, por lo tanto, el sueño.
 
Si entre los trabajadores se detectan casos de insomnio, su empresa puede emprender medidas para ayudar a los afectados a mejorar la calidad de su descanso nocturno. Así, lo primero que debería hacer es indicar a los empleados que intenten identificar si existen factores que puedan estar produciendo esta alteración del sueño, para tomar medidas al respecto, por ejemplo, situaciones de estrés laboral, problemas familiares, si están tomando algún medicamento que pueda producir insomnio, consumo de determinadas sustancias, etc.
 
La segunda iniciativa que puede emprender como responsable de la seguridad y salud de los trabajadores es darles a conocer pautas que les permitan mejorar la calidad de su sueño nocturno. 10 medidas eficaces que puede difundir entre su plantilla son:
  • Evitar las siestas prolongadas, lo idea es reposar entre 20 y 30 minutos. 
  • Tomar una cena ligera una o dos horas antes de dormir. 
  • No beber sustancias estimulantes (café, té, alcohol, tabaco, etc.) antes de irse a la cama. 
  • Hacer ejercicio de forma regular, pero evitar ejercitarse a última hora del día porque el ejercicio activa el organismo. 
  • Acostarse y levantarse aproximadamente a la misma hora todos los días. 
  • No realizar en la cama tareas que impliquen una actividad mental: leer, usar el ordenador, etc. 
  • Favorecer en el dormitorio un entorno que propicie el sueño: temperatura agradable, niveles mínimos de luz y ruido, etc. 
  • No utilizar un colchón excesivamente duro.
  • Si es necesario, escuchar en la cama música que relaje para favorecer el sueño. 
  • Despertarse en mitad de la noche y no ser capaz de recuperar el sueño es un síntoma de insomnio. En estos casos es mejor relajar la mente para autoinducir el sueño y si no se consigue dormir en los siguientes 15 ó 20 minutos, hay que levantarse e ir a otra habitación para realizar una actividad que relaje. Sólo se deberá volver a la cama cuando aparezca el sueño
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