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sábado, 29 de septiembre de 2012

Nuevas tendencias: de la prevención de riesgos al bienestar laboral


El American College of Occupational and Environmental Medicine (ACOEM) en un reciente documento desarrollado por su Committee of Health and Productivity, ha lanzado la idea de crear programas integrados que unifiquen la prevención de riesgos laborales y la promoción de la salud del trabajador con una orientación dirigida al bienestar laboral.
Imagen de una lente de gafa mostrando el texto en inglés Work too hard
Pere Boix Ferrando
La obesidad, las alteraciones del sueño, la pérdida de agudeza visual o auditiva, son aspectos de salud individual que se relacionan con la incidencia de accidentes de trabajo. Por su parte, factores de riesgo laboral como el trabajo a turnos puede condicionar una peor alimentación y favorecer la obesidad o la diabetes, además de cáncer de mama. La obesidad, a su vez, favorecerá las lesiones osteomusculares en el trabajo. Existen, pues, evidencias de interacción recíproca entre el estado de salud individual del trabajador y la vulnerabilidad a los riesgos laborales, que justifican científicamente la posibilidad de encontrar sinergias mutuamente beneficiosas entre las actividades de protección y promoción de la salud en el trabajo, cuya resultante final vendría a ser la empresa saludable.
Al fundamento científico y sanitario se añade el económico. Invertir en salud parece rentable. Los costes relacionados con la salud para la empresa no se deben sólo a accidentes y enfermedades del trabajo. Enfermedades crónicas, como la diabetes, la patología cardiovascular o el cáncer, suponen también elevados costes laborales en términos de absentismo, presentismo e incapacidad, de manera que asegurar una salud óptima de la fuerza de trabajo se ha convertido en un factor determinante de competitividad. Así pues, la salud no es sólo un valor para las personas, también lo es para las empresas. Estimaciones norteamericanas refieren que por cada dólar invertido en programas de salud en el trabajo se reducen 3,27$ en costes médicos y 2,73$ en costes de absentismo1.
Las empresas desean trabajadores en buena salud y promueven la adopción de hábitos de vida saludables frente al tabaco, la obesidad o el sedentarismo. No obstante, si los trabajadores perciben que los riesgos laborales son ignorados por la empresa son poco receptivos a los consejos de la dirección sobre cómo comportarse en su vida personal. Una solución es combinar ambos intereses favoreciendo una responsabilidad compartida entre empresarios y trabajadores mediante la integración, en un mismo programa, de mejoras en el entorno de trabajo y de actividades de promoción de la salud (p.e. higiene postural en el trabajo y programas de mejora del estado de forma física).
El American College of Occupational and Environmental Medicine (ACOEM)2 en un reciente documento desarrollado por su Committee of Health and Productivity, ha lanzado la idea de crear programas integrados que unifiquen la prevención de riesgos laborales y la promoción de la salud del trabajador con una orientación dirigida al bienestar laboral. La propuesta plantea un continuum dinámico de actividad en la empresa que integre tanto la protección colectiva frente al riesgo como la promoción de hábitos individuales saludables. De este modo, afirman, no sólo se reducirán los daños de origen laboral sino que se mejorará la salud personal del trabajador de manera simbiótica, consiguiéndose un impacto efectivo en la productividad, además de optimizar los recursos preventivos y sanitarios. En el mismo sentido el National Institute forOccupational Safety and Health (NIOSH) ha lanzado la iniciativa estratégica Total Worker Health3 con el objetivo de prevenir las lesiones y enfermedades laborales y al tiempo mejorar la salud y el bienestar de los trabajadores.
En este escenario se han creado centros académicos multidisciplinares de investigación y transferencia denominados WorkLife Centers of Excellence, uno de los cuales, el CPH-NEW (Center for the Promotion of Health in teh New England Workplace), ha publicado unos primeros análisis4 sobre un programa de investigación-acción llevado a cabo en personal de enfermería de centros de atención a la dependencia (N=920), en los que constatan por ejemplo una prevalencia de alteraciones crónicas (hipertensión, diabetes, etc.) del 35% y de alteraciones osteomusculares recientes del orden de un 70%. También refieren que menos de la mitad de los participantes realizan ejercicio físico regularmente y que el 71% tienen sobrepeso. Según los datos de la investigación se detectan diversas asociaciones entre comportamientos individuales y entornos de trabajo, por ejemplo, entre estrés y hábito tabáquico, entre irregularidad de horarios laborales y práctica de deporte o entre percepción de malestar y presión laboral. Los participantes manifiestan deseos de mejorar sus hábitos de vida en relación con la salud, aunque los condicionan a la mejora de las condiciones de trabajo (reducir la sobrecarga y mejorar el apoyo de los supervisores), y proponen acciones como mejorar la calidad sanitaria de los alimentos en las máquinas de distribución o realizar ejercicios aeróbicos en las pausas de trabajo.
A partir de investigaciones de este tipo, las tendencias más avanzadas promueven estrategias participativas en la empresa orientadas a priorizar acciones de intervención combinada sobre objetivos de seguridad y de bienestar, mediante la movilización de toda la organización en favor de una cultura global de la salud. Ello favorece un clima organizacional de interés por la salud que genera el compromiso de la empresa por promover un "trabajo saludable", así como planteamientos de "vida sana" por parte del trabajador tanto dentro como fuera del trabajo. Desde esta óptica, según NIOSH, la excelencia no depende ya sólo de la reducción de accidentes sino de la mejora en el nivel de salud de las personas.
1 Baicker K, Cutler D, Song Z. Workplace wellness programs can generate savings. Health Aff. 2010;29:1-8
2 Hymel PA. et al. Workplace Health Protection and promotion: A New Pathway for a Healthier -and Safer- Workplace. JOEM, 2011;53(6):695702
4 Punnett L et al. A conceptual Framework for Integrating Workplace Health Promotion and Occupational Ergonomics Programs. Public Health Reports, 2009;124(suppl1):16-25

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