El TIPNIS es un territorio indígena y a la vez un Parque Nacional; ese es el contexto con el se evalúan los impactos de construir una carretera que atraviese esta área protegida.
Al ser un Parque Nacional, es un área protegida y el Estado boliviano, desde la década de los 90, ha desarrollado un conjunto de normas ambientales que hacen pensar que el Estado está comprometido con los bosques, la naturaleza y el medio ambiente.
Ambientalmente hablando es un ecosistema que garantiza la vida silvestre de reptiles, tortugas, gran cantidad de peces, aves y por la presencia considerable de sabanas inundadas, el “Sirvo de pantano”; una especie que se reproduce en muy pocos lugares de Bolivia.
La región conformada por la parte baja de los ríos Sécure e Isiboro, caracterizada por importantes bosques que se desarrollan siguiendo el curso de ambos ríos, junto con una presencia considerable de sabanas que ofrecen la reproducción de una diversidad muy grande de gramíneas silvestres (pastos naturales) y la presencia de lagunas con gran cantidad de peces.
El impacto ambiental puede ser significativo porque las fuentes de agua compuestas por ríos y arroyos, dependen de la recarga de acuíferos, estamos hablando de un ecosistema muy frágil que se caracteriza por poseer fuentes de agua todo el año.
Es más, la humedad de las sábanas que garantizan la producción de gramíneas locales, depende de las fuentes de agua, sobre todo en los meses secos que van de agosto a noviembre; sin ellas, la sábana puede convertirse en un lugar calcinado. En ese contexto, la vida silvestre de la zona tiene pocas probabilidades de sobrevivir.
La construcción de una carretera convencional puede afectar la relación entre la zona de recarga de acuíferos y el ecosistema de la región que se basa en las fuentes de agua.
En esta región el oso andino en extinción posee sus circuitos de reproducción. De igual manera muchas especies endémicas que se mantienen hasta ahora protegidas se verían severamente afectadas al modificar las condiciones de estos ecosistemas.
Todos estos elementos son suficientes para que se adopten decisiones responsables. El país necesita carreteras y una vertebración vial que una a las diferentes regiones y permita el desarrollo armónico nacional.
Pero al mismo tiempo, tiene que tomarse en cuenta el costo medioambiental, el costo beneficio, y una urgente conciliación entre el gobierno y los habitantes de este territorio indígena.
Gustavo Carrasquel | ANCA 24
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