BEIJING, 20 dic (IPS) - Aumentan las protestas ambientalistas en China, que alberga a 21 de las 100 ciudades más contaminadas del mundo. Los críticos aseguran que las autoridades manejan en público estadísticas parciales de la polución.
Los responsables de los asuntos ambientales de Beijing sostienen que esta ciudad capital ya cumplió su objetivo anual de "días de cielo azul" para 2011, declarando que la calidad del aire este año fue mejor que en 2008, el año en que se realizaron los Juegos Olímpicos.
Las últimas declaraciones fueron objeto de burlas en Internet. Muchos entienden que el gobierno esté encubriendo la contaminación.
El domingo 18, la estatal Agencia de Noticias Xinhua informó que Beijing disfrutó 274 días de "cielo azul" en lo que va de este año.
"Beijing tuvo una reducción generalizada en la concentración de varios contaminantes en 2011", dijo Zhuang Zhidong, subdirector del Buró Ambiental Municipal.Las últimas declaraciones fueron objeto de burlas en Internet. Muchos entienden que el gobierno esté encubriendo la contaminación.
El domingo 18, la estatal Agencia de Noticias Xinhua informó que Beijing disfrutó 274 días de "cielo azul" en lo que va de este año.
El artículo admitió que la capital china también experimentó "varios días con aire de mala calidad, a consecuencia de las malas condiciones meteorológicas". El Buró culpó a varios factores, entre ellos vientos más débiles y un aumento de la humedad por no lograr dispersar los contaminantes atmosféricos.
Los cibernautas del sitio más popular de microblogs chinos, Sina Weibo, reaccionaron con desdén a las últimas declaraciones. "¿Acaso hoy es el Día de los Inocentes?", preguntó un usuario, luego citado en el South China Morning Post, que se publica en Hong Kong.
"Sugiero que las autoridades ambientales de Beijing usen gafas de sol azules, para que cada día tenga el cielo azul", bromeó.
El experto ambiental Steven Q. Andrews dijo a IPS a través de un correo electrónico que "el Buró perdió credibilidad ante la población china".
"El gobierno controla el ozono y las partículas finas, pero no reporta públicamente" esos números, señaló.
"También se han planteado preocupaciones significativas en torno a la precisión de los controles del Buró", continuó.
"Por ejemplo, antes el Buró clausuró las estaciones de control creadas para medir la contaminación carretera y sostuvo que a consecuencia mejoró la calidad del aire, aunque las concentraciones de varios contaminantes habrían aumentado si se hubieran mantenido los puestos de control", dijo.
"Al no reportar el particulado fino, el gobierno puede argumentar que la calidad del aire mejoró en la capital, aun cuando la severa contaminación aérea y los impactos sobre la salud han ido en aumento", añadió.
A comienzos de este mes, pobladores de Beijing protestaron por las grandes discrepancias existentes entre las lecturas oficiales del Buró sobre la calidad del aire y las que se desprenden de los controles realizados por la embajada de Estados Unidos.
La sede diplomática produce sus propias lecturas sobre la contaminación y las transmite por Internet a través de la red social Twitter.
La desigualdad entre ambos registros radica en el tamaño de las partículas aéreas que miden. Las lecturas oficiales miden las más grandes, conocidas como PM10 (partículas de hasta 10 micrómetros de diámetro), mientras que la embajada estadounidense mide las más finas PM2,5, que se consideran más peligrosas para la salud humana porque penetran los pulmones más profundamente.
Según un informe de Andrews publicado en el sitio web ambiental China Dialogue, los funcionarios de Beijing anunciaron en los últimos dos años que la calidad del aire en la capital fue buena o incluso excelente casi 80 por ciento del tiempo. Por contraste, las mediciones de la embajada de Estados Unidos concluyeron que alrededor de 80 por ciento de los días hubo niveles de contaminación perjudiciales para la salud.
La presión pública, cada vez mayor, llevó a que el mes pasado los funcionarios anunciaran que revisarían los estándares de calidad aérea. Las evaluaciones propuestas señalan que, para 2016, ciudades de todo el país requerirán controles que midan las PM2,5.
"Los diferentes datos se recaban usando distintos métodos de control. Estos dos no son comparables. Para PM2,5 podemos tener y tenemos datos de control, pero estos no están disponibles para el público. Publicar los datos sobre calidad aérea y ambiental es un asunto muy serio", dijo a IPS el vicepresidente del Buró, Du Shaozhong.
"En la actualidad, el público siente que la información que divulga el gobierno no es tan buena como la de la embajada estadounidense. Deberíamos mejorar nuestro sistema de difusión de información y crear métodos más amigables para los usuarios, como aplicaciones para teléfonos celulares", señaló.
"Confiamos en que la información que divulgamos porque tenemos muchas oficinas de control de la calidad del aire y producimos datos precisos. La calidad del aire en Beijing mejoró gradualmente", agregó Du.
Sin embargo, los residentes de la ciudad lo ven desde una perspectiva muy diferente. A comienzos de este mes, cielos cubiertos por la contaminación hicieron que se cancelaran unos 700 vuelos en el aeropuerto de Beijing. Las autoridades culparon al mal tiempo.
Aunque el gobierno describió al gris smog que envolvió el cielo como si se tratara de una "ligera contaminación", la embajada de Estados Unidos dijo que los valores registrados eran "peligrosos", o que superaban la escala.
El temor al aire contaminado hizo que se dispararan las ventas de tapabocas. Algunos comercios agotaron completamente sus reservas de estos implementos.
Cifras de Taobao Mall, el mayor sitio de ventas por Internet de China, indicaron que se vendieron unos 30.000 tapabocas solo el domingo 4 de este mes, el día en que se ordenó el cese de los vuelos.
Ya en noviembre los blogs destilaban indignación ante la noticia de que aparentemente varios dirigentes chinos habían comprado sofisticados filtros de aire para el complejo Zhongnanhai, sede del Partido Comunista, mientras aseguraban que la capital no tenía ningún problema de contaminación.
Los costos son elevados. Un informe divulgado en 2007 por el Banco Mundial señaló que unas 750.000 personas mueren cada año en China por exponerse a la contaminación, tanto en espacios abiertos como cerrados.
"Pongan a funcionarios del gobierno y ‘expertos’ a trabajar en el área con mayor concentración de PM2,5; apuesto a que serán más eficientes", publicó en Weibo un usuario que se identificó como Fanfanstudio.
Otro usuario, llamado Linye Neo, simplemente escribió: "La radio de Hangzhou dijo que Beijing está cubierta de arena amarilla, embotellamientos y aire venenoso. Beijing lo tiene todo". (FIN/2011)
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