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viernes, 22 de junio de 2012

Canadá, EE.UU. y Venezuela se unen para vetar el plan para proteger los oceanos

Posted on  by anca24
La Conferencia de Río +20, veinte años después de la Cumbre de la Tierra recordada como Río 92, ha sido incapaz de producir siquiera la pretensión de un enérgico compromiso verbal de la comunidad mundial a los principios de sostenibilidad.
Estas conferencias hasta ahora han sido siempre un fraude, lanzadas con sendas “retóricas verdes” emocionando con cargas de avisos ominosos de que “esta vez no podemos darnos el lujo de fracasar” y que “el punto de inflexión” por fin está aquí.

Pero el fracaso ha sido un compañero leal, y más de un punto de inflexión se ha inclinado, hacia la perdida de tan importantes encuentros mundiales.
Eso es porque no hay tal cosa como un mundo “comunidad”. Hay naciones ricas y naciones pobres y que los primeros nunca se adherirán a las agendas de estos últimos, sin embargo en el lenguaje complejo surgen “declaraciónes” donde la palabra “sostenible” ha sido utilizada sin su verdadero significado.
El absurdo general de estas cumbres de la Tierra – Río de Janeiro, Kioto, Copenhague, Durban, y ahora Río de nuevo, se resume en la incapacidad que las fuerzas verdes consigan una declaración final realmente objetiva, y así en esta ocasión en Río de Janeiro, se pierde la oportunidad donde las naciones podrían  desarrollar veradederas estrategias y declarar la victoria para el planeta.
Originalmente iba a ser el compromiso con un “mundo verde”, pero no suficientes naciones realmente han asumido compromisos, y así iniciativas como el plan para un tratado de la ONU para proteger los mares internacionales se ve impedido de concretarse.
Para asombro de los ecologistas, en la madrugada del martes (19 de junio), resultó que Canadá, EE.UU. y Venezuela vetan este plan. El representante de la Sociedad Civíl, Milko Schvartzman, Director de La Campaña Océanos de Greenpeace Argentina, informo vía  teléfonica que fue expulsado de la reunión donde se discutía este acuerdo, a solicitud de la represente de Venezuela, quien además fue apoyada por las delegaciones de Estados Unidos y Canadá
Sean cual sean los motivos, la razón para el veto por parte de estos países es evidente, historicamente esto será uno de los peores fracasos de Río+20.
El Tratado Internacional sobre el Derecho del Mar fue ratificado en 1982 y los EE.UU. siempre se ha negado a firmarlo.
El resultado final sobre la mesa en Río+20 ahora también carece de compromisos para el inminente peligro de la extinción en nuestros oceanos. El documento final adolece por la falta de un verdero acuerdo y no se reconoce la urgencia de la crisis los océanos, lo que retrasa cualquier decisión sobre la posible acción a tomar hasta el año 2014.
Aún así no hay garantía de que el resultado sería la de negociar un nuevo acuerdo capaz de cambiar el curso de la explotación salvaje en alta mar.
Los brasileños tiraron la toalla, frente a un texto sin compromisos. Al parecer de alguna manera la lucha interna burocrática prevaleció.
Ahora la comisión impedida hasta la fecha se eleva a un órgano de alto nivel encargado de supervisar y hacer cumplir las metas de desarrollo sostenible (AGDR) y presentará un informe a la Asamblea General de la ONU.
Entre sus posibles áreas de preocupación: la seguridad alimentaria y la agricultura sostenible, la energía sostenible para todos; el acceso al agua y la eficiencia, las ciudades sostenibles, empleos verdes, trabajo decente y algo que se llama la inclusión social.
Bienvenidos una vez más a la tierra de la fantasía de las “Conferencias Verdes”.
Gustavo Carrasquel | ANCA24

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