08:33 am 13-May de 2012Tibisay Romero
En la isla de La Culebra más de 1.500 personas quedarían aisladas. En la vía ValenciaGüigüe el oleaje debilita las bases de la estructura
La crecida de las aguas del lago de Valencia podría hacer colapsar algunas de las vías en municipios del estado Carabobo que se encuentran en sus riberas. En ciertas zonas la situación causa gran preocupación a los habitantes, porque quedarían aislados.
En la isla de La Culebra, municipio Los Guayos, más de 1.500 personas están a la expectativa por las condiciones del terraplén, que es el único camino que comunica con el sector El Roble y de allí con el resto de la entidad.
En noviembre del año pasado, cuando las aguas cubrieron esa vía, autoridades municipales y nacionales colocaron más granzón para elevar la carretera. Pero ahora, luego de tres días de lluvias, la amenaza está otra vez latente.Adicionalmente, el mal olor se siente más en ese poblado, donde en el pasado la gente vivía sobre todo de la siembra de cítricos y de otras frutas y verduras. Ahora la principal queja de muchos de sus habitantes es que no poseen trabajo y tampoco consiguen terrenos para la agricultura, porque el lago continúa tomando hectáreas de una tierra calificada de muy fértil.
Carlos Aguiar ha vivido desde que nació en la isla de La Culebra. Denuncia que la única vía de acceso que tienen está casi colapsada. "La situación es grave", afirmó.
Agregó que los niños de la zona podrían, incluso, perder el año escolar, porque la única escuela en el sector tiene profesores que vienen de otros lugares y, si no pudieran pasar, se detendrían las clases. Tampoco podrían salir los que estudian en liceos o universidades fuera de la isla.
"Vamos a quedar sin paso, estamos casi trancados ya. Y con las lluvias el agua crece más", alertó José Rubio, habitante del sector.
Le preocupa que si vuelven a quedar incomunicados y se presenta alguna emergencia de salud no puedan ser auxiliados por el paso cerrado en el terraplén. "Que nos escuchen", solicitó con vehemencia.
Fallas importantes.
En el mu- nicipio agrícola Carlos Arvelo, en Carabobo, la situación es complicada porque la carretera que comunica la zona con Flor Amarillo y Valencia recibe a diario el golpeteo del oleaje del lago que avanza sin detenerse, según testimonios de vecinos.
"La carretera nacional Valencia-Güigüe, a la altura del sector Las Tiamitas, entre Los Ilustres y Paso Real, es afectada en la base y la sub-base, debido a la presión que genera la saturación del terraplén, por el crecimiento de la cota del lago. Han ocurrido fallas en la capa de rodamiento", detalló Germán Benedetti, diputado al Consejo Legislativo de Carabobo por el partido Proyecto Venezuela.
A su parecer, una salida sería recubrir los laterales de la vía con piedra bruta a lo largo de toda la zona afectada, para evitar el colapso inmediato.
De acuerdo con cálculos no oficiales, alrededor de 7.000 personas quedarían afectadas si el lago rebasa la carretera que comunica con Valencia.
La única salida sería por la carretera nacional que conduce a la población de Magdaleno, en el estado Aragua, y que de allí se conecta con Maracay.
"Un trayecto que en condiciones normales toma por lo menos 45 minutos, para ir de Güigüe a Valencia, se convertiría en un viaje de más de 2 horas y media si hubiera que llegar a Maracay y luego regresar por la Autopista Regional hacia Valencia; es lejos y hay colas", dijo Alexis Rojas, vecino de Güigüe.
Lluvias. Giovanni Arriechi, coordinador para el saneamiento y control del lago de Valencia del Ministerio de Ambiente, indicó que los sistemas de bombeo y la estación de Los Guayos funcionan al 100%. "Trabajamos sobre los cauces de los ríos, y estamos muy pendientes del río Cabriales".
Precisó que parte del caudal que ha crecido por las intensas lluvias es desviado hacia la cuenca del Pao. "El nivel del lago ha subido, pero en una forma sostenida y normal. Hay unos ríos tributarios que no se están controlando", acotó.
Reconoció que el terraplén de la isla de La Culebra debe ser mejorado y aumentado su nivel. Refirió que desde Aragua funciona una sala situacional para atender cualquier contingencia relacionada con el lago.
"Esperamos que este invierno sea de menor intensidad", expresó.
Faltan obras. Carlos Graffe, que desde 2010 recorre los cinco municipios de Carabobo que están ubicados en las riberas del lago para dictar un taller sobre este problema, dijo que también el lago ha avanzado considerablemente en la zona del municipio Diego Ibarra, y alcanzó la parte baja del viaducto La Cabrera, así como sembradíos del lugar.
Agregó que se requiere la construcción de los colectores, obras que debieron ejecutarse desde 1999, tal como quedó reflejado en un decreto firmado por el Presidente de la República, luego de una inundación en zonas aledañas al lago en Aragua.
"Han pasado 13 años y la única obra que han hecho es el trasvase para sacarle agua al lago y, sin tratamiento, enviar esa agua contaminada a la cuenca de los embalses PaoCachinche y Pao-La Balsa", lamentó Graffe.
En la isla de La Culebra, municipio Los Guayos, más de 1.500 personas están a la expectativa por las condiciones del terraplén, que es el único camino que comunica con el sector El Roble y de allí con el resto de la entidad.
En noviembre del año pasado, cuando las aguas cubrieron esa vía, autoridades municipales y nacionales colocaron más granzón para elevar la carretera. Pero ahora, luego de tres días de lluvias, la amenaza está otra vez latente.Adicionalmente, el mal olor se siente más en ese poblado, donde en el pasado la gente vivía sobre todo de la siembra de cítricos y de otras frutas y verduras. Ahora la principal queja de muchos de sus habitantes es que no poseen trabajo y tampoco consiguen terrenos para la agricultura, porque el lago continúa tomando hectáreas de una tierra calificada de muy fértil.
Carlos Aguiar ha vivido desde que nació en la isla de La Culebra. Denuncia que la única vía de acceso que tienen está casi colapsada. "La situación es grave", afirmó.
Agregó que los niños de la zona podrían, incluso, perder el año escolar, porque la única escuela en el sector tiene profesores que vienen de otros lugares y, si no pudieran pasar, se detendrían las clases. Tampoco podrían salir los que estudian en liceos o universidades fuera de la isla.
"Vamos a quedar sin paso, estamos casi trancados ya. Y con las lluvias el agua crece más", alertó José Rubio, habitante del sector.
Le preocupa que si vuelven a quedar incomunicados y se presenta alguna emergencia de salud no puedan ser auxiliados por el paso cerrado en el terraplén. "Que nos escuchen", solicitó con vehemencia.
Fallas importantes.
En el mu- nicipio agrícola Carlos Arvelo, en Carabobo, la situación es complicada porque la carretera que comunica la zona con Flor Amarillo y Valencia recibe a diario el golpeteo del oleaje del lago que avanza sin detenerse, según testimonios de vecinos.
"La carretera nacional Valencia-Güigüe, a la altura del sector Las Tiamitas, entre Los Ilustres y Paso Real, es afectada en la base y la sub-base, debido a la presión que genera la saturación del terraplén, por el crecimiento de la cota del lago. Han ocurrido fallas en la capa de rodamiento", detalló Germán Benedetti, diputado al Consejo Legislativo de Carabobo por el partido Proyecto Venezuela.
A su parecer, una salida sería recubrir los laterales de la vía con piedra bruta a lo largo de toda la zona afectada, para evitar el colapso inmediato.
De acuerdo con cálculos no oficiales, alrededor de 7.000 personas quedarían afectadas si el lago rebasa la carretera que comunica con Valencia.
La única salida sería por la carretera nacional que conduce a la población de Magdaleno, en el estado Aragua, y que de allí se conecta con Maracay.
"Un trayecto que en condiciones normales toma por lo menos 45 minutos, para ir de Güigüe a Valencia, se convertiría en un viaje de más de 2 horas y media si hubiera que llegar a Maracay y luego regresar por la Autopista Regional hacia Valencia; es lejos y hay colas", dijo Alexis Rojas, vecino de Güigüe.
Lluvias. Giovanni Arriechi, coordinador para el saneamiento y control del lago de Valencia del Ministerio de Ambiente, indicó que los sistemas de bombeo y la estación de Los Guayos funcionan al 100%. "Trabajamos sobre los cauces de los ríos, y estamos muy pendientes del río Cabriales".
Precisó que parte del caudal que ha crecido por las intensas lluvias es desviado hacia la cuenca del Pao. "El nivel del lago ha subido, pero en una forma sostenida y normal. Hay unos ríos tributarios que no se están controlando", acotó.
Reconoció que el terraplén de la isla de La Culebra debe ser mejorado y aumentado su nivel. Refirió que desde Aragua funciona una sala situacional para atender cualquier contingencia relacionada con el lago.
"Esperamos que este invierno sea de menor intensidad", expresó.
Faltan obras. Carlos Graffe, que desde 2010 recorre los cinco municipios de Carabobo que están ubicados en las riberas del lago para dictar un taller sobre este problema, dijo que también el lago ha avanzado considerablemente en la zona del municipio Diego Ibarra, y alcanzó la parte baja del viaducto La Cabrera, así como sembradíos del lugar.
Agregó que se requiere la construcción de los colectores, obras que debieron ejecutarse desde 1999, tal como quedó reflejado en un decreto firmado por el Presidente de la República, luego de una inundación en zonas aledañas al lago en Aragua.
"Han pasado 13 años y la única obra que han hecho es el trasvase para sacarle agua al lago y, sin tratamiento, enviar esa agua contaminada a la cuenca de los embalses PaoCachinche y Pao-La Balsa", lamentó Graffe.
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