Publicado por Pagina12.com.ar el Lunes, 15 de Octubre del 2012
Al proyecto de ley de Reparación de los Daños Derivados de los Accidentes de Trabajo y Enfermedades Profesionales que se está debatiendo en el Congreso se lo intenta llevar a un debate entre resarcimiento versus prevención. En la práctica, esto no es así. Preocupación. A esta sensación suelen apelar quienes intentan instalar que se está dejando de lado el capítulo sobre la prevención. Y lo traen como si fuera un tema del cual no nos estuviéramos ocupando. Este gobierno, dentro de sus políticas de trabajo decente, no está esperando una nueva ley para tratar la prevención. Lo viene haciendo y con resultados positivos.
Desde 2003, se modificaron criterios emergentes de la ley y se aplicaron políticas preventivas, acompañadas con una mejora sustancial en los índices de siniestralidad. En el trienio 2008−2010 la caída del índice de mortalidad fue de un 30 por ciento y la de accidentes comunes alrededor de un 22 por ciento, en un contexto de incorporación de millones de nuevos puestos de trabajo y crecimiento económico a tasas superiores al 8 por ciento. La política de prevención está basada en tres pilares fundamentales: formación, reglamentación e inspección. El primero de carácter formativo, para generar conciencia sobre la necesidad de tener empleos seguros que no perjudiquen la salud del trabajador, a través de campañas de capacitación promovidas y efectuadas por la Superintendencia de Riesgos del Trabajo en el ámbito sindical, empresarial y técnico.
El segundo pilar es el reglamentario, a partir del programa de prevención secundaria. Todos los años se calcula la siniestralidad promedio de determinadas actividades, diferenciados por un clasificador internacional. A las empresas que exceden el promedio de la actividad se las ubica en una especie de régimen de terapia intensiva con una mayor cantidad de presencias de los organismos de fiscalización y la ART. A estos debemos agregarles una nueva etapa más ambiciosa: el avance en materia de prevención primaria que va al riesgo en su fuente, trata de minimizarlo o eliminarlo y no espera que se provoque un accidente.
A partir de 2009 es obligatorio por parte del empleador la realización de un mapa de riesgo que implica la detección de todos los riesgos potenciales de cada establecimiento, acompañado de un plan de mejoramiento. Esta responsabilidad que, en primera instancia es del empleador, debe ser supervisada por la ART. En caso de incumplimiento por parte del empleador, se debe denunciar a la SRT y a través de ella a las provincias para que procedan de acuerdo con sus facultades. Hoy, toda esta tarea se desarrolla por vía electrónica y en forma automática. Además, anualmente se realizan más de 700.000 visitas a establecimientos y se denuncian más de 810.000 puntos de infracción a las 535.000 empresas que hoy están registradas en el sistema.
Una tarea pendiente es diagnosticar mejor aún las enfermedades profesionales. Hoy en la práctica están subregistradas y subdiagnosticadas, pero estamos mejorando los seguimientos de los exámenes preocupacionales y los exámenes periódicos, habiéndose incrementado la cantidad en los últimos años.
La tercera parte en la política de prevención es el fortalecimiento del sistema inspectivo. Desde 2008 se han cuadruplicado los inspectores en materia de higiene y seguridad. Se niveló su capacitación, y se les dio acceso a bases de datos y netbooks que permiten orientar su acción en forma programada. Esto produjo un crecimiento en más de diez veces la cantidad de inspecciones anuales. En 2007 se coordinaban 2700 inspecciones, en 2012 vamos a terminar con más de 29.000. Pero esto no nos conforma. Estamos convencidos de que se puede hacer más. No es menor que en un período acotado y en el medio de un crecimiento económico explosivo, hayamos logrado tener menos accidentes con más gente trabajando. En la actualidad, Argentina tienen indicadores comparables a los de muchos países desarrollados.
Otro tema sustancial es el capítulo de recuperación de la salud. Se atienden anualmente cerca de 650.000 accidentes. Con un promedio de 30 días de cobertura, en los cuales el 90 por ciento de los accidentados recupera su salud en forma integral sin ningún tipo de incapacidad definitiva. Hoy todos los prestadores están registrados y auditados por médicos de la SRT en sus establecimientos.
Frente al proyecto que la Presidenta envió al Congreso, llama la atención que algunos planteen como retroceso que un trabajador cobre más y más rápido, en pago único con actualizaciones semestrales. Es otro paso en las mejoras implementadas en el mundo del trabajo. Desde 2003, hay más empleo, más registro, mayor participación del salario en la renta y un incremento en la seguridad con un menor índice de accidentes y muertes. A su vez esta ley brindará mejores indemnizaciones y más rápidas. Lo opuesto al texto y al espíritu de la ley 24.557. Los cambios laborales son permanentes. Y progresivos. La protección a los trabajadores va a continuar exigiendo mejoras. El Gobierno, como siempre, las va a encarar en la misma dirección que viene llevando, con gestión y acciones concretas. Y a través de leyes, decretos, resoluciones o de las normas que sean necesarias para alcanzar el empleo seguro.
Juan González Gaviola
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http://www.entornointeligente.com/articulo/1324009/ARGENTINA-Expectativa-en-los-andamios
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