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martes, 9 de octubre de 2012

'Los gobiernos desconocen aún los beneficios de la economía verde'

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'Los gobiernos desconocen aún los beneficios de la economía verde'
Yvo de Boer, exsecretario de la Convención Marco de ONU sobre Cambio Climático.

Yvo de Boer, exsecretario de la Convención Marco de la ONU para el Cambio Climático.

Yvo de Boer parece relajado. Está de pie, en una calle del norte de Bogotá, y mira a lo lejos. Ahora observa un trancón, una venta ambulante o un bus de TransMilenio en plena autopista Norte. Mientras se fuma otro cigarrillo, está revisando con sosiego cómo transcurre el caos bogotano. A estas alturas, la vida del hombre que dirigió la negociación mundial del clima de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), entre 2006 y 2010, transcurre serena y en paz
Después de tener sobre sus hombros la misión de poner de acuerdo al mundo para que enfrentara con dignidad el cambio climático -negociación que aún está en curso, ahora liderada por la costarricense Christiana Figueres- este holandés hoy puede observar los toros desde la barrera, como asesor en temas de sosteniblidad de la firma auditora KPMG. (Siga este enlace: El cambio climático hace que el mar se trague las islas colombianas).
También recorre el mundo. Visita al país como invitado especial del Congreso Internacional del Medio Ambiente, que entre hoy y mañana organiza el Centro de Estudios para el Desarrollo Sostenible (Ceid) en el club El Nogal. No sólo está tranquilo. De Boer también habla libremente.
Algunos académicos y científicos creen que el cambio climático es una amenaza global más grave que el terrorismo. ¿Lo considera así?
No son comparables. El terrorismo es un problema local y el cambio climático, uno global. Pero hay que admitir que este último sí puede generar problemas políticos muy graves o comparables con los que causa el terrorismo.
¿Cree que existe un contraste muy fuerte entre las alertas de los científicos y la constante incapacidad de los gobiernos para ponerse de acuerdo?
Por un lado, las alertas de los científicos sobre el cambio climático son fuertes y contundentes; los políticos saben lo que está pasando, pero el problema está en que para ellos enfrentar el cambio climático implica sacrificar el crecimiento económico. Ahí es donde está la dificultad para avanzar.
¿En Durbán (Sudáfrica), en la última Conferencia de la Convención Marco de la ONU sobre Cambio Climático (COP17), se definió que un acuerdo global para reducir emisiones de dióxido de carbono deberá estar aprobado antes del 2015, para que entre a regir a más tardar en el 2020? ¿No cree que es demasiado tarde?
Debemos reconocer que todo es un proceso. Tiene que haber un acuerdo en el 2015, que, así comience a aplicarse en el 2020, dé resultados desde su creación. Es tarde, pero esta es la única forma de ganar tiempo.
¿No sería más fácil que sólo las grandes potencias, causantes del problema, sean las que deban ponerse de acuerdo para lograr una reducción de sus emisiones?
Esto sería factible si el problema se redujera a reducir emisiones de dióxido de carbono, pero esto es apenas una parte del problema. Todo el planeta debe involucrarse, porque también están en juego la mitigación y cómo y de dónde vamos a sacar el dinero para lograr un proceso de adaptación a los cambios climáticos. Si queremos un acuerdo óptimo, el problema debe ser asumido por muchas partes; de esta forma también vamos a encontrar más soluciones. (Lea también: El cambio climático y los interrogantes sobre migración y tierras).
¿Cree que el éxito de un acuerdo depende de EE. UU?
Estados Unidos es un caso especial, porque el presidente Barack Obama quiere someterse a un acuerdo, pero el Congreso lo duda y en ocasiones no ratifica las decisiones firmadas en los encuentros internacionales. Así paso con el Protocolo de Kioto en su momento. Creo que un acuerdo planetario es posible con o sin Estados Unidos. Necesitamos una solución política que sea viable para todos los países.
Entre 2006 y 2010, mientras usted se desempeñó como Secretario de la ONU para el cambio climático, ¿en algún momento un acuerdo estuvo cerca?
Lo más cerca que estuvimos para crear la arquitectura o la columna vertebral de un acuerdo fue en Copenhague (Dinamarca), pero Estados Unidos, por razones políticas, desarmó cualquier intento. Copenhague fue muy decepcionante, porque nunca pudimos establecer o concretar cuál era la definición de un consenso.
¿Cree que, ante la falta de acuerdos, los países deben enfrentar el clima con esfuerzos individuales?
No, porque las soluciones individuales son para problemas pequeños. Se necesitan cambios conjuntos. Lo grave es que no hay una propuesta clara. Si usted le pregunta a algún presidente hoy cuál es la propuesta actual del planeta para enfrentar el cambio climático, él va a preguntar: ¿cuál propuesta? Hoy no hay nada que firmar.
Si el cambio climático es un fenómeno causado por el hombre, ¿cuál es la mejor estrategia para combatirlo?
Gravar o penalizar a quienes contaminen. En el momento en que quien contamine deba pagar por esa contaminación, la tecnología actual, basada en combustibles fósiles, y las tecnologías renovables o verdes podrían competir, y estas últimas se volverán atractivas.
El Protocolo de Kioto caduca este año. ¿Se debe extender o debe hacerse uno nuevo?
No estoy de acuerdo con extenderlo, porque muchos países como Japón, Rusia y Canadá ya no quieren al actual Protocolo de Kioto, ya no lo respaldan. Estados Unidos tampoco lo ha ratificado. Entonces, sólo quedarían Europa y Australia como integrantes fuertes. Debe haber un nuevo protocolo, que involucre y que sea respaldado por todos.
¿Cree en las energías verdes como una solución para el cambio climático?
Son una alternativa. Vamos a depender por mucho tiempo más de las energías fósiles, pero todo va a depender de que los precios de las energías renovables sean accesibles.
Da la impresión de que a los gobiernos del mundo no les interesa la economía verde. ¿Qué piensa al respecto?
Sí les interesa, pero creo que no han entendido en qué consiste y cuáles son los beneficios que pueden obtener de ella. Los sectores industriales ignoran los costos en los que están incurriendo al usar combustibles fósiles, porque no están teniendo en cuenta lo que deben gastar para arreglar todos los daños ambientales. Calculamos que por cada dólar vendido, 40 centavos deben gastarse en reparaciones.
¿Algún ejemplo para resaltar en el mundo, frente al uso de energías renovables?
Los esfuerzos de los países escandinavos. Pero no hay un molde. Cada país debe desarrollar sus propias iniciativas, dependiendo de su modelo de desarrollo.
¿Qué análisis hace del futuro de Colombia en este tema?
Colombia es un país progresista, pero aún no sabe qué quiere hacer con su economía. Para enfrentar la pobreza, busca petróleo, impulsa la minería y también habla del poder de sus recursos naturales. Sabemos que los proyectos para buscar petróleo o gas no van a parar, por eso el reto será crear políticas públicas claras para que esos proyectos tengan altos estándares de calidad ambiental. Y obligando a las empresas a pagar muy alto a la hora de compensar daños.
Mientras se consolidan acuerdos y se desarrollan nuevas tecnologías verdes, ¿cuál debe ser el papel de la gente del común: esperar confiada una solución?
La comunidad debe ser activa y exigir soluciones. El modelo de desarrollo humano es muy antiguo; aún en el Banco Mundial, por ejemplo, Brasil y Bélgica tienen el mismo poder de decisión, a pesar de que ya no son economías comparables. Debemos usar las herramientas tecnológicas para promover cambios. Y no depender tanto de un acuerdo global. Hay que proponer, para que el resto nos siga.
V Congreso Ambiental
Estará enfocado en la 'sostenibilidad'
Al V Congreso Internacional de Medio Ambiente, que realiza el Centro de Estudios Internacionales para el Desarrollo Sostenible (CEID) entre hoy y mañana, apoyado por EL TIEMPO y PORTAFOLIO, asisten otros especialistas en temas de economía verde y sosteniblidad. Entre ellos figuran Paul Ekins, profesor de energía y política ambiental en el Instituto de Energía del University College of London; David Foster, experto en empleos verdes; María Emilia Correa, referente mundial en sostenibilidad y emprendimiento en grandes empresas, y Mathis Wackernagel, el padre del concepto de huella ecológica. (Lea además: Conozca tres negocios en la 'economía verde' para apostarles fuerte).

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