Ramón Zorrilla Palacio
La película se repite ahora con la muerte de 14 mineros en el municipio de Sabinas. Otra vez el Estado y la Federación estuvieron en primera fila, y otra vez hicieron las mismas promesas de hace cinco años
La extracción de carbón se inició en Coahuila en 1828. Durante los 203 años transcurridos se tiene registro de mil 715 mineros muertos por accidentes de trabajo, y también a lo largo de estos dos siglos los concesionarios han gozado de total impunidad.
Fallecimientos múltiples siempre ha habido, pero no fue sino hasta mediados del siglo pasado cuando afloraron las primeras manifestaciones de inconformidad por las infrahumanas condiciones en que trabajan (y trabajan) los obreros que extraen el mineral, aunque fueron tan débiles que los patrones las conjuraron con la amenaza del despido y el veto.
El primer movimiento cohesionado de protesta surgió a raíz de la explosión ocurrida en la mina Pasta de Conchos en 2006, en donde aún permanecen los restos de 65 trabajadores.
Desafortunadamente la exigencia de rescatar los cuerpos ha corrido la misma suerte de los problemas que no quieren solucionar las autoridades: dejar que el tiempo convierta en resignación el enojo popular.
Apenas un par de horas después de la tragedia en Pasta de Conchos, llegó al lugar el entonces gobernador Humberto Moreira Valdés para “hacerse cargo de la situación”, y hasta carpas-comedores fueron instalados para atender lo mismo a deudos, periodistas y un nutrido grupo de funcionarios estatales y municipales, cuya inutilidad se demostró con el tiempo.
Moreira les prometió el cielo y las estrellas a los familiares de los mineros muertos, y hasta les asignó un “tutor” para que los asesorara en todo lo que tuviera que ver con el papeleo relacionado con indemnizaciones y salarios. Los “tutores” se aprovecharon de su condición de servidores públicos para hacer negocios escudados en el dolor ajeno, y en muchos casos hasta a los deudos estafaron. Moreira, por su parte, también se ha olvidado de Pasta de Conchos.
El Gobierno Federal envió a San Juan de Sabinas al entonces secretario del Trabajo y Previsión Social, Francisco Javier Salazar, que ahora es diputado federal. Desde un principio el foxista y Moreira entraron en pugna y cada quien por su lado daba su versión de los hechos. Prometieron rescatar los cuerpos e investigar “hasta sus últimas consecuencias y castigar con todo el peso de la ley a los responsables”. Todo fue una cruel burla.
Al delegado de la dependencia en la entidad, Pedro Camarillo, lo cambiaron a Nuevo León, y sancionaron muy levemente a dos empleados menores. El tiempo pasó y solamente de vez en cuando se sabe algo de Pasta de Conchos, y eso por la organización no gubernamental que se echó a cuestas la exigencia de que las autoridades responsables rescaten los cuerpos.
La película se repite ahora con la muerte de 14 mineros en el municipio de Sabinas. Otra vez el Estado y la Federación estuvieron en primera fila, y otra vez hicieron las mismas promesas de hace cinco años. Hasta tendrán un cónclave hoy lunes para determinar los pasos a seguir con el propósito —dicen— de evitar más accidentes fatales en la extracción del carbón. No se lo tome muy en serio, es un moderno atole con el dedo. Por ahora los deudos van a ser tratados con algodones, pero las condiciones laborales para los vivos seguirán siendo infrahumanas.
En esta ocasión, sin embargo, sorprende el cinismo del Secretario del Trabajo y Previsión Social, Javier Lozano Alarcón, quien afirmó que se investigó que el “pocito” trabajaba con todas las ilegalidades habidas y por haber. Y lo dice precisamente el responsable de que se cumpla la ley en materia de seguridad e higiene en la actividad minera.
Según el documento denominado “Panorama Minero de Coahuila”, editado por la STyPS, a junio de 2010, las concesiones llegaban a los 3 millones 251 mil 854 hectáreas, con 2 mil 34 títulos. De 2005 a 2009 se extrajeron 9 mil 496 millones 189 mil toneladas, con un valor de 4 mil 879 millones 781 mil pesos. El total de la actividad extractiva ascendió a 70 mil 101 millones 877 mil toneladas, con un valor de 10 mil 996 millones 211 mil 280 pesos, lo que representa el 9.19 del total nacional, que fue de 119 mil 650 millones 627 mil 99 pesos.
Desde 2005, Coahuila ha tenido el primer lugar en la producción de carbón, hierro, celestita, sulfato de sodio, sulfato de magnesio, dolomita, rocas dimensionables, antimonio y bismuto, y el segundo lugar en barita, fluorita, bentonita, caliza y sílice.
Y solamente hay dos inspectores para inspeccionar las minas.
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