Hoy, 01.44
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La demanda, interpuesta el pasado miércoles en el Tribunal Superior de Delaware (EE.UU.) por once demandantes, acusa de ocho delitos a la empresa, una de las 500 más grandes del mundo según la revista Fortune, considerada responsable del vertido de 50.000 toneladas de ceniza tóxica en playas de Manzanillo y Samaná, en el norte dominicano.
"Por fin la Justicia comienza a relucir ante el daño físico, ambiental y económico que nos provocó esa compañía con los desechos tóxicos que vertió en nuestro pueblo", dijo a Efe el presidente de la Sociedad Ecológica Montecristeña (Aemonte), Rafael de la Rosa.
El representante de la asociación agregó que desde que fue depositado el material tóxico (en 2003 y 2004) la vida de muchas personas, incluidos niños, comenzó a deteriorarse.
"Muchos han muerto tuberculosos, de cáncer, hay muchos nacimientos con deformaciones y todavía las enfermedades de la piel causan estragos en la población", expuso De la Rosa.
Subrayó que el material tóxico fue vertido en dos polos turísticos del país, lo que hace pensar que pudo tratarse de una maldad para dañar el turismo dominicano.
De la Rosa dijo que precisamente ayer los ecologistas, junto a médicos, encabezaron un encuentro con pobladores de Manzanillo y analizaron los daños físicos que han provocado esos desechos a las personas que viven en la zona.
El viceministro de Medio Ambiente en el norte del país, Domingo Rodríguez, en declaraciones a Efe, dijo que su departamento está dispuesto a "apoyar cualquier iniciativa nacional e internacional para enfrentar y condenar a las personas físicas e instituciones que atentan contra la vida de las personas, el medio ambiente, el ecosistema".
La abogada Diane Paolicelli, del despacho neoyorquino Levy Phillips & Konigsberg, que representa a varias familias afectadas, explicó hoy que AES tenía una planta en Puerto Rico donde quemaba carbón y las autoridades de la isla "le dijeron que no podía verter allí el residuo, que lleva varios metales pesados asociados a problemas médicos en el nacimiento y varios tipos de cáncer".
"Debían sacarlo de Puerto Rico, así que vieron sus opciones y, dado que es caro deshacerse de él, decidieron simplemente verterlo en República Dominicana, en playas de Samaná y Manzanillo, sin protección alguna, con lo que la gente de la zona respiró esas cenizas venenosas", relató la letrada.
Domingo Rodríguez estimó que "con la anuencia de algunos malos dominicanos los trajeron (los desechos) a la República Dominicana, como si este país fuera el basurero del Caribe, de América Latina y del mundo".
El funcionario abogó porque cada vez que haya un atentado en contra del medio ambiente y los seres humanos en cualquier parte del mundo se encuentren defensores en todas partes.
En referencia a la demanda, subrayó que "la Secretaría de Medio Ambiente da su total respaldo a esa iniciativa y ojalá que casos como ese jamás vuelvan a ocurrir en el país"
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