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miércoles, 11 de marzo de 2009

Escépticos cuestionan en un congreso la influencia humana en el calentamiento global

Nueva York, 9 mar (EFE).- Más de 70 personalidades de todo el mundo escépticas sobre la amenaza del calentamiento global iniciaron hoy en Nueva York un congreso de dos días en el que cuestionan el grado de responsabilidad de los seres humanos en este fenómeno.

El simposio se celebra bajo el título "El calentamiento global, ¿motivo de crisis?", organizado por el Instituto Heartland de Chicago y reúne a escépticos de todo el mundo que cuestionan la corriente científica mayoritaria que alerta sobre la gravedad del cambio climático.
El presidente de la República Checa, Vaclav Klaus, y el astronauta estadounidense que pisó la luna a bordo del Apollo 17 Harrison Schmitt tomaron parte en la sesión inaugural de las jornadas.
El gobernante checo, un conservador euroescéptico, cuestionó de nuevo en ese foro que el
cambio climático sea consecuencia del impacto del hombre, y en su intervención calificó de "alarmistas" a los Gobiernos europeos que así lo consideran.
"Probablemente no quieren revelar sus verdaderos planes y ambiciones para parar el desarrollo económico y que la humanidad retroceda varios siglos", opinó el político checo.
La emisión de gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono o el metano, se considera por buena parte de la comunidad científica como una de las causas del aumento de las temperaturas en el planeta, aunque hay otro grupo que pone en duda que el hombre sea el principal responsable del calentamiento global.
"Es absurdo que se siga insistiendo en que el cambio climático se está acelerando porque en los últimos diez años no han aumentado las temperaturas", declaró hoy a Efe el astrofísico español Francisco Capella, que participa en el congreso.
Capella agregó que "el efecto del dióxido de carbono es pequeño porque no hay mucha cantidad en la atmósfera, por lo tanto, aunque dobláramos la cantidad de este gas, la temperatura seguramente no variaría ni en un grado".
El Protocolo de Kioto (1997) se firmó con la intención de reducir la emisión de estos gases, producidos principalmente por los combustibles fósiles, con efectos contraproducentes para el calentamiento global.
Otro de los oradores del congreso, el profesor de la universidad Rey Juan Carlos de Madrid Gabriel Calzada, consideró ese tratado como "el mayor fiasco creado en mucho tiempo".
"Este acuerdo internacional tiene un beneficio cercano a cero, pero un coste gigante, que ya ha alcanzado los 4.000 millones de euros (unos 5.040 millones de dólares)" sólo en España, indicó Calzada.
Según el economista, el beneficio del Protocolo de Kioto es "prácticamente nulo", ya que el descenso de la temperatura global se estima en 0,07 grados centígrados para el año 2050 "si todos los países cumplen el acuerdo".
"Para los países ricos es todo un lujo poder destruir riqueza y empleo, pero a los países pobres, que precisan de la energía para la supervivencia y el desarrollo, el Protocolo de Kioto les está costando muchísimo", consideró Calzada.
Capella, por su parte, señaló que "si se incrementa un grado la temperatura en Estados Unidos o en Europa será irrelevante porque se cuenta con las infraestructuras necesarias para paliar sus efectos".

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