El 90% de la población urbana se expone a concentraciones de los contaminantes atmosféricos más perjudiciales. Dos de estos contaminantes en concreto —las partículas y el ozono troposférico—
ENVIADO POR: ECOTICIAS.COM / RED / AGENCIAS, 16/10/2013, 10:46 H
El 90% de la población urbana se expone a concentraciones de los contaminantes atmosféricos más perjudiciales. Dos de estos contaminantes en concreto —las partículas y el ozono troposférico— siguen provocando problemas respiratorios y enfermedades cardiovasculares y reduciendo la esperanza de vida.Nuevos datos científicos revelan que la contaminación atmosférica puede resultar nociva para la salud humana incluso en concentraciones inferiores a lo previsto.
Según Hans Bruyninckx, director ejecutivo de la AEMA, “la contaminación atmosférica provoca daños a la salud humana y a los ecosistemas. Una gran parte de la población vive en ambientes no saludables, si nos atenemos a los criterios en vigor. Para ser sostenible, Europa debe mostrarse ambiciosa e imponer requisitos legislativos más estrictos”.
El Comisario de Medio Ambiente, Janez Potočnik, añade: “Las encuestas demuestran que una gran mayoría de la población sabe perfectamente cómo afecta la calidad del aire a la salud y cree que las autoridades públicas deben adoptar medidas en los ámbitos comunitario, nacional y local, incluso en época de austeridad y dificultades. Estoy dispuesto a responder a estas inquietudes a través de la revisión de la política de protección de la atmósfera que presentará próximamente la Comisión”.
Entre 2009 y 2011, hasta el 96% de la población urbana se encontró expuesta a concentraciones de partículas finas (PM2.5) superiores a las indicadas en las directrices de la Organización Mundial de la Salud y hasta el 98% a concentraciones de ozono (O3) igualmente superiores a las directrices de la organización.
El informe revela igualmente que la contaminación no se limita únicamente a las ciudades sino que también alcanza valores elevados en determinadas zonas rurales.
Los aspectos positivos del trabajo en materia de reducción de las emisiones de contaminantes atmosféricos son, por ejemplo, que se han reducido las de dióxido de azufre de las centrales eléctricas, del sector industrial y del transporte a lo largo de la última década, limitándose así el riesgo de exposición. “La sustitución gradual de la gasolina con plomo también ha reducido las concentraciones de este metal, que afecta al desarrollo neurológico”, apunta un comunicado del a Agencia Europea de Medio Ambiente.
Sinc
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