Las minas, con menos del 1 por ciento de los trabajadores de la región, absorbieron el pasado año el 11 por ciento de los siniestros con baja
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Langreo / Mieres, P. C.
La minería del carbón es la actividad que registra mayor número de accidentes con baja en Asturias, a pesar de la caída de empleo en el sector y de las inversiones en formación y en mejora de la seguridad de las explotaciones. El bajón de actividad en la construcción vuelve a situar a la minería al frente de la estadística de siniestralidad laboral con más del 11 por ciento del total de los accidente con baja y ello pese a que este sector da empleo directo a menos del uno por ciento de los trabajadores de la región.
La minería del carbón es la actividad que registra mayor número de accidentes con baja en Asturias, a pesar de la caída de empleo en el sector y de las inversiones en formación y en mejora de la seguridad de las explotaciones. El bajón de actividad en la construcción vuelve a situar a la minería al frente de la estadística de siniestralidad laboral con más del 11 por ciento del total de los accidente con baja y ello pese a que este sector da empleo directo a menos del uno por ciento de los trabajadores de la región.
Según las estadísticas que maneja en Ministerio de Trabajo e Inmigración, durante el pasado año se registraron en la división de extracción de antracita, hulla y lignito en Asturias un total de 1.684 accidentes con baja laboral. La cifra supone exactamente el 11,69 por ciento de los percances con baja registrados en la región en 2010, que fue de 15.147.
El porcentaje de accidentes que acapara la minería no se corresponde con el peso que el sector tiene en el mercado laboral de la región. De hecho, con 3.562 trabajadores (según los datos de afiliación al régimen especial del carbón) representa sólo el 0,9 por ciento de la población ocupada en Asturias.
Las inversiones en seguridad y formación, la concienciación de los trabajadores y los continuos recortes de personal derivados de los planes de ajuste en el sector lograron que el número de accidentes con baja se redujeran durante el pasado año, al pasar de 1.771 en 2009 a 1.684 en 2010, pero la minería sigue liderando la estadística de siniestralidad. Por debajo de la división de extracción de antracita, hulla y lignito en Asturias se encuentran actividades que actualmente emplean a muchos más trabajadores que la minería o que tradicionalmente han tenido elevadas cifras de accidentes. Son el comercio al por menor (1.387 accidentes), actividades de construcción especializada (1.330 accidentes), construcción de edificios (1.040 accidentes), fabricación de productos metálicos excepto maquinaria y equipo (1.036 accidentes), metalurgia, (823 accidentes), administración pública y defensa (674 accidentes), servicios de comidas y bebidas (610 accidentes), comercio al por mayor (537 accidentes), actividades sanitarias (502 accidentes) o transporte terrestre o por tubería (450 accidentes).
Según las estadísticas del Ministerio de Trabajo e Inmigración, de los 1.684 percances con baja en jornadas de trabajo que se contabilizaron en la minería del carbón asturiana, un total de 1.677 fueron leves, siete fueron graves y no se registraron víctimas mortales. El año anterior se habían contabilizado dos muertos.
Desde los sindicatos mineros siempre se incide en que las inversiones en seguridad y la formación son los principales pilares para acabar con los accidentes laborales en la minería. Durante los últimos años, empresas mineras como la compañía estatal Hunosa han incrementado sus inversiones en seguridad y en formación de personal. Así, por ejemplo, en 2009, la compañía invirtió en formación el 5,1 por ciento de la masa salarial bruta de la empresa y realizó un total de 222.212 horas de cursos. Además, en materia de salud laboral se han llevado a cabo campañas divulgativas y un total de 2.163 alumnos participaron en el plan de formación en prevención de la empresa.
No obstante, desde los sindicatos del sector han destacado la necesidad de que los planes de formación y prevención de riesgos laborales deben abarcar todos los niveles en el trabajo de la mina, toda la red de relaciones, que incluye también a los operarios de las empresas subcontratadas. En esa línea, la Consejería de Industria y Empleo ha financiado acciones de formación para todas las empresas privadas del sector
El porcentaje de accidentes que acapara la minería no se corresponde con el peso que el sector tiene en el mercado laboral de la región. De hecho, con 3.562 trabajadores (según los datos de afiliación al régimen especial del carbón) representa sólo el 0,9 por ciento de la población ocupada en Asturias.
Las inversiones en seguridad y formación, la concienciación de los trabajadores y los continuos recortes de personal derivados de los planes de ajuste en el sector lograron que el número de accidentes con baja se redujeran durante el pasado año, al pasar de 1.771 en 2009 a 1.684 en 2010, pero la minería sigue liderando la estadística de siniestralidad. Por debajo de la división de extracción de antracita, hulla y lignito en Asturias se encuentran actividades que actualmente emplean a muchos más trabajadores que la minería o que tradicionalmente han tenido elevadas cifras de accidentes. Son el comercio al por menor (1.387 accidentes), actividades de construcción especializada (1.330 accidentes), construcción de edificios (1.040 accidentes), fabricación de productos metálicos excepto maquinaria y equipo (1.036 accidentes), metalurgia, (823 accidentes), administración pública y defensa (674 accidentes), servicios de comidas y bebidas (610 accidentes), comercio al por mayor (537 accidentes), actividades sanitarias (502 accidentes) o transporte terrestre o por tubería (450 accidentes).
Según las estadísticas del Ministerio de Trabajo e Inmigración, de los 1.684 percances con baja en jornadas de trabajo que se contabilizaron en la minería del carbón asturiana, un total de 1.677 fueron leves, siete fueron graves y no se registraron víctimas mortales. El año anterior se habían contabilizado dos muertos.
Desde los sindicatos mineros siempre se incide en que las inversiones en seguridad y la formación son los principales pilares para acabar con los accidentes laborales en la minería. Durante los últimos años, empresas mineras como la compañía estatal Hunosa han incrementado sus inversiones en seguridad y en formación de personal. Así, por ejemplo, en 2009, la compañía invirtió en formación el 5,1 por ciento de la masa salarial bruta de la empresa y realizó un total de 222.212 horas de cursos. Además, en materia de salud laboral se han llevado a cabo campañas divulgativas y un total de 2.163 alumnos participaron en el plan de formación en prevención de la empresa.
No obstante, desde los sindicatos del sector han destacado la necesidad de que los planes de formación y prevención de riesgos laborales deben abarcar todos los niveles en el trabajo de la mina, toda la red de relaciones, que incluye también a los operarios de las empresas subcontratadas. En esa línea, la Consejería de Industria y Empleo ha financiado acciones de formación para todas las empresas privadas del sector
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