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El pasado mes de diciembre México fue sede de la 16ª Conferencia de las Partes (COP16) de la Convención Marco de Naciones Unidas Sobre Cambio Climático que se celebró en Cancún. En este encuentro, gobiernos de 169 países se reunieron para discutir diversos temas urgentes relacionados con el cambio climático, entre los que destacaron mitigación, adaptación, financiamiento y transferencia de tecnología y creación de capacidades. En concreto, en lo referente a financiamiento se aprobó la creación de un fondo, denominado Fondo Verde Climático, cuyo objetivo es generar una bolsa de recursos fijos, sostenidos y predecibles que serán otorgados a países “en desarrollo” para que pongan en marcha acciones de mitigación y adaptación del cambio climático.
Este financiamiento es fundamental para que muchos países puedan enfrentar los diversos problemas y retos causados por los cambios en el clima derivados del aumento anormal de gases de efecto invernadero (GEI) en la atmósfera, resultado de la actividad humana. Estos cambios producen fenómenos diversos que afectan de manera diferenciada a los países en función de varios factores, entre ellos sus ecosistemas y su nivel de desarrollo. Asimismo, numerosos países necesitan recursos para poder reducir sus emisiones de dióxido de carbono (CO2) y, lo que es más importante, poder embarcarse en un desarrollo bajo en carbono.
En este sentido, México se encuentra entre los países más vulnerables al cambio climático. Como señala un informe elaborado por Greenpeace, 15% del territorio mexicano, 68.2% de su población y 7 1% de su Producto Interno Bruto (PIB) son altamente sensibles a los impactos negativos del cambio climático. Estos impactos incluyen sequías, lluvias torrenciales, huracanes, pérdida de biodiversidad, heladas y otros fenómenos, los cuales tienen un efecto negativo sobre el medio ambiente y los ecosistemas, la población y la economía del país. Un ejemplo de ello fueron las heladas que ocurrieron en Sinaloa a principios de febrero, las cuales produjeron daños en 90% de los sembradíos de maíz. Por estas razones, México es uno de los grandes interesados en la creación de mecanismos de financiamiento internacional que le permitan contar con recursos para afrontar los diferentes retos que enfrenta en esta materia. Por ello, el gobierno mexicano, como anfitrión de la COP16, impulsó el tema de financiamiento e insistió en la necesidad de crear el Fondo Verde Climático. Por lo tanto, su discurso estuvo muy enfocado en las necesidades de los países en desarrollo y las obligaciones de los países desarrollados, así como en el apremio de comenzar a canalizar recursos debido a lo urgente de profundizar y ampliar las acciones de mitigación y adaptación al cambio del clima.
Si bien el financiamiento internacional es básico para que todos los países puedan desarrollar acciones en relación al cambio climático, no puede obviarse que los gobiernos de los países que solicitan el financiamiento deben hacer esfuerzos a nivel nacional con los recursos propios con los que ya cuentan y con los que ya están recibiendo de organizaciones internacionales. Por ello, deben contar con una política pública integral y coherente en la materia y un presupuesto que la sustente. Además, deben existir mecanismos de transparencia y rendición de cuentas que permitan conocer qué acciones de mitigación y adaptación está implementando el gobierno, cuántos recursos les asigna, qué entidades y dependencias las llevan a cabo y cuáles son los resultados que se obtienen.
Sin embargo, aunque el gobierno mexicano publica cierta información sobre el Programa Especial de Cambio Climático, este programa maneja muy pocos recursos si se considera la magnitud del problema. No existe suficiente información sobre los recursos que se destinan para la atención del cambio climático, ni tampoco hay datos que informen a la ciudadanía y a los legisladores sobre qué dependencias los están usando ni a qué programas y proyectos se están asignando. Además, no se publica información de hacia dónde se canaliza la gran cantidad de recursos internacionales que el gobierno y a recibe para cambio climático (según cálculos conservadores, en lo que va del sexenio, sólo de las Instituciones Financieras Internacionales, se recibieron alrededor de 5,200 mdp).
Por este motivo, varios actores, entre ellos el Grupo Mexicano de Financiamiento para Cambio Climático (GFMEX), insisten en la necesidad de crear un Anexo en el Decreto de Presupuesto que transparente el presupuesto para cambio climático. Dicho anexo debe incluir información sobre los ramos, los programas presupuestarios y las unidades responsables que reciben recursos para mitigación y adaptación, así como sobre el origen de dichos recursos.
El cambio climático es un problema que nos afecta a todos, por lo que la ciudadanía debe exigir al gobierno y los legisladores que empiecen a tomar cartas en el asunto y que demuestren que la lucha contra el cambio climático es una prioridad. Para poder realizar exigencias y recomendaciones pertinentes, es imprescindible que se transparente el uso de los recursos y así poder valorar la política pública, conocer hacia qué acciones se dirigen los recursos y dar seguimiento a cómo estos son gastados.
*La autora es investigadora del área de Presupuestos y Políticas
Públicas de Fundar, Centro de Análisis e Investigación
22:07 : 16/03/11
Aroa de Fuente López
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