El escéptico sobre cambio climático de más alto perfil del mundo ahora dice que el calentamiento mundial es “sin duda alguna, una de las principales preocupaciones que enfrenta el mundo hoy” y “un desafío que la humanidad debe enfrentar” . Bjorn Lomborg, el “ecologista escéptico” como él mismo se define, alguna vez comparado con Adolfo Hitler por el jefe del área de Clima de Naciones Unidas, es famoso por sus ataques contra científicos especialistas en clima por exagerar el porcentaje de calentamiento global y sus efectos en los seres humanos.
En un nuevo libro, que aparecerá este mes, Lomborg pedirá decenas de miles de millones de dólares anuales para invertir en el tratamiento del cambio climático.
“La inversión de 100 mil millones de dólares al año permitirá que podamos resolver el problema del cambio climático para fines de este siglo” , concluye el libro.
Luego de analizar ocho métodos para reducir o frenar el calentamiento mundial, Lomborg y sus compañeros economistas recomiendan la inyección de fondos para la investigación y desarrollo de fuentes de energía limpias como la eólica, la solar, la nuclear y la undimotriz.
En una entrevista para The Guardian, Lomborg dijo que financiaría las inversiones a través de un impuesto a las emisiones de dióxido de carbono que permitirá también reunir 50 mil millones de dólares para mitigar los efectos del cambio climático, a través de la construcción, por ejemplo, de mejores defensas marítimas, y 100 mil millones para la atención de la salud mundial.
Su declaración sobre la importancia de acciones sobre cambio climático tiene lugar en un momento crucial del debate, cuando los esfuerzos internacionales para un acuerdo global sobre las emisiones se estancaron en medio del resurgimiento de un clima de escepticismo causado por disputas sobre la confiabilidad de las pruebas científicas sobre calentamiento global.
Lomborg niega haber cambiado de opinión. Recuerda que aún en su primer libro aceptó la existencia de un cambio climático fabricado por el hombre. “El argumento que yo planteé siempre es que esto no es el fin del mundo”, le dijo a The Guardian. “Por esto es que debiéramos estar a la altura de lo que dicen todos, que es que debiéramos gastar bien nuestro dinero”.
Pero admite de todos modos que el punto de inflexión en su argumento fue el proyecto Consenso de Copenhague, en el que se pidió a un grupo de economistas que pensaran en la mejor forma para gastar 50 mil millones de dólares. Los primeros resultados, en 2004, colocan al calentamiento global cerca del último lugar en la lista, poniendo en cambio el acento en políticas como la lucha contra la malaria y el HIV/ Sida. Un análisis nuevo de 2008 incluyó nuevas ideas para reducir el aumento de temperaturas, alguna de las cuales llegaron a mitad de camino en el ranking. Lomborg dijo que decidió entonces considerar una variedad mucho más amplia de políticas para reducir el calentamiento global “para que el tema no terminara en el último lugar de la lista”.
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