Viernes, 17 de septiembre de 2010
Según un nuevo informe, los esfuerzos internacionales por preservar la capa de ozono ―el escudo que protege la vida en la Tierra de niveles nocivos de radiación ultravioleta— han dado resultado, impidiendo nuevas pérdidas de ozono y contribuyendo a reducir el efecto invernadero.
El resumen ejecutivo del informe “Evaluación científica del agotamiento de la capa de ozono 2010” ofrece nueva información sobre la incidencia del cambio climático en la capa de ozono, así como sobre los efectos de los cambios en los niveles de ozono sobre el clima de la Tierra.
El informe fue redactado y revisado por alrededor de 300 científicos y presentado en el Día Inter-nacional de la Preservación de la capa de ozono de las Naciones Unidas. Se trata de una primera actualización completa en los últimos cuatro años.
El informe afirma que el Protocolo de Montreal está dando resultado: “[h]a impedido un agotamiento mucho mayor de la capa de ozono estratosférico gracias a la reducción gradual de la producción y el consumo de sustancias que agotan la capa de ozono.”
Habida cuenta de que muchas de las sustancias que agotan la capa de ozono son también potentes gases de efecto invernadero, el informe señala que el Protocolo de Montreal ha “aportado valiosos beneficios secundarios al mitigar el cambio climático”. En 2010, de resultas de la aplicación del Protocolo de Montreal, la reducción de la emisión de sustancias que agotan la capa de ozono, expresada en toneladas de CO2 equivalente (aproximadamente 10 gigatoneladas por año), fue cinco veces superior a la convenida para el primer período de compromisos (2008 2012) del Protocolo de Kyoto, el tratado que tiene por objeto la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.
El informe, publicado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), señala que la comunidad científica aún se enfrenta al importante reto de proyectar la concentración futura de ozono apoyándose en la comprensión de las complejas interacciones entre el ozono y el cambio climático.
Asimismo, el informe añade que se prevé que los cambios del clima influyan cada vez más sobre el ozono estratosférico durante los próximos decenios. "Estos cambios se producen princi¬palmente como consecuencia de las emisiones de gases de efecto invernadero de larga duración, sobre todo de dióxido de carbono, resultantes de las actividades humanas.”
Principales conclusiones respecto de la capa de ozono:
• Durante el último decenio, la concentración de ozono a escala mundial, así como en el Ártico y la Antártida, no ha seguido disminuyendo, pero tampoco ha aumentado.
• Como resultado de la eliminación gradual de las sustancias que agotan la capa de ozono, convenida en el marco del Protocolo de Montreal, se prevé que, excepto en las regionales polares, la capa de ozono se recupere antes de mediados de este siglo, alcanzando los niveles registrados antes de 1980. La recuperación podrá verse acelerada por el enfriamiento de la estratosfera superior producido por los gases de efecto invernadero.
• Por el contrario, se prevé que el agujero de ozono observado en la primavera antártica persista durante un período más prolongado.
• Los efectos del agujero de ozono en la Antártida sobre el clima de superficie se hacen visibles y conllevan cambios importantes en la temperatura en superficie y los patrones de vientos.
• Se confirma que, en latitudes medias, la radiación ultravioleta en superficie se ha mantenido más o menos constante durante el último decenio.
• En la Antártida se siguen registrando niveles elevados de radiación ultravioleta cuando se agranda el agujero de ozono en esta región durante la primavera.
Principales conclusiones respecto de las sustancias que agotan la capa de ozono y sucedáneos:
Muchos productos químicos que agotan la capa de ozono, como los clorofluorocarbonos (CFC), compuestos que se utilizaban en los refrigeradores y los atomizadores, se han ido eliminado paulatinamente. En consecuencia, ha crecido la demanda de productos sucedáneos, deno¬minados hidroclorofluorocarbonos (HCFC) e hidrofluorocarbonos (HFC). Muchos de ellos son potentes gases de efecto invernadero.
• Se estima que la emisión total de HCFC disminuirá en el próximo decenio gracias a las medidas adoptadas en el marco del Protocolo de Montreal en 2007. No obstante, la emisión de esas sustancias se incrementa actualmente a un ritmo más rápido que hace cuatro años. La sustancia más abundante, el HCFC-22, aumentó entre 2007 y 2008 a un ritmo 50% más rápido que entre 2003 y 2004.
• La concentración y las emisiones de HFC registran un aumento de aproximadamente 8% al año. El HFC-23 es un subproducto de la producción de HCFC-22. Si bien no produce ningún efecto en la capa de ozono, es más de 14.000 veces más potente como gas de efecto invernadero que el CO2.
Achim Steiner, Secretario General Adjunto de las Naciones Unidas y Director Ejecutivo del PNUMA, comentó que “[e]sto abre nuevas posibilidades para actuar frente al desafío del cambio climático. Un grupo internacional de modelizadores que trabaja en colaboración con el PNUMA concluyó recientemente que es poco probable que los compromisos y las promesas existentes en relación con el Acuerdo de Copenhague permitan que el aumento de la temperatura mundial se mantenga por debajo de 2º C en 2050. Se estima que la diferencia entre la realidad científica y las metas fijadas representa, en promedio, alrededor de 4,7 gigatoneladas de CO2 equivalente por año. Es necesario reducir urgentemente esa diferencia durante más o menos los próximos 10 años si se desea lograr la meta de 2º C.”
Asimismo, al referirse al Día Internacional de la Preservación de la capa de ozono, añadió que “[e]l informe de hoy pone de relieve que las medidas que se adoptaron para preservar la capa de ozono no solo han sido efectivas, sino que también continúan generando múltiples beneficios para las economías, en particular en relación con el logro de los objetivos de desarrollo del Milenio. Esas medidas contribuyen a combatir el cambio climático y generan también beneficios directos en el sector de la salud pública. Si no se hubiese concertado el Convenio de Viena ni el Protocolo de Montreal asociado a dicho Convenio, los niveles atmosféricos de sustancias que agotan la capa de ozono podrían haberse multiplicado por 10 en 2050. Ello, a su vez, podría haber producido hasta 20 millones más de casos de cáncer de piel y 130 millones más de casos de catarata, sin mencionar los daños al sistema inmunitario humano, a la fauna y flora silvestres y a la agricultura.”
El Secretario General de la OMM, Sr. Michel Jarraud, comentó que “[e]l problema del agujero de ozono destaca la importancia de la investigación y la vigilancia atmosféricas a largo plazo, sin las cuales la destrucción de la capa de ozono habría proseguido y tal vez no habría sido detectada hasta que los daños hubiesen sido más graves. El Protocolo de Montreal es un ejemplo sobresaliente de colaboración entre científicos e instancias decisorias, que permitió neutralizar con éxito una seria amenaza social y medioambiental.”
"La actividad humana continuará provocando cambios en la composición de la atmósfera. Por ello, explicó el Sr. Jarraud, la Vigilancia de la Atmósfera Global de la OMM proseguirá con sus actividades principales de vigilancia, investigación y evaluación con objeto de proporcionar la información científica necesaria para comprender y, a la larga, predecir los cambios medioam-bientales en los ámbitos regional y mundial.”
El Grupo de evaluación científica presentará el resumen ejecutivo del nuevo informe en la próxima Reunión anual de las Partes en el Protocolo de Montreal, que se celebrará en Kampala (Uganda) del 8 al 12 de noviembre de 2010.
El informe completo estará disponible a principios de 2011.
El 16 de septiembre se celebra el Día Internacional de la Preservación de la capa de ozono y se conmemora la firma, en 1987, del Protocolo de Montreal relativo a las sustancias que agotan la capa de ozono.
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