REDES

Siguenos en Facebook Síguenos en Twitter Siguenos en Linkedin Siguenos en Blogger

viernes, 2 de noviembre de 2012

El cambio climático: megariesgo, megaciudades y mega ignorancia.

Jordi Ortega | 
Una catástrofe anunciada.
Munich Re en un informe sobre mega ciudades y mega riesgo advertía que los conglomerados urbanos, apuntaba al formado por Nueva York y Boston, son especialmente vulnerables al cambio climático. En las áreas rurales las resiliencias (un concepto más amplio que el de adaptación) al cambio climático es mucho mayor. Animaba que las compañías de seguros dieran un nuevo enfoque a su negocio: aprovechar las oportunidades de los riesgos, una mayor transparentes facilita encontrar soluciones adecuadas con abonados para compartir responsabilidades (http://www.preventionweb.net/files/646_10363.pdf).
El informe Stern, publicado poco después -en 2006, señalaba la necesidad de que las compañía, no sólo tengan acceso a cuidadosas predicciones sobre los efectos del cambio climático, también sean los mercados de seguros capaces encontrar modo de cooperar con sus clientes para minimizar los riesgos. De lo contrario se encontrarían con primas de riesgos prohibitivas que hundieran el mercado de seguros.
Los daños de Sandy que azota la costa este de Estados Unidos se podría elevar a más de 20.000 millones de dólares –sólo la mitad de estas pérdidas están aseguradas. En Reino Unido el riesgo excesivamente elevado del cambio climático hace que la prima de riesgo sea tan elevada que deje sin cobertura a la mitad de los hogares. Algunas áreas extensas del Reino Unido, advierte Association of British Insurers, quedaran excluidas de poder ser aseguradas.
Ken Livingstone, alcalde de Londres, fue pionero en desarrollar ambiciosos planes de adaptación al cambio climático, ya en 2002 (London Climate Partnership). No son los ecologistas sino las grandes aseguradas -que detrás están fondos de inversión- los que -con información sensible- reclamen ambición y coraje al abordar los riesgos climáticos globales.¿Se hablará después de Sandy por fin del cambio climático en la campaña electoral USA? –escribía en el twitter Cristina Narbona.
La racionalidad e irracionalidad del cambio climático.
Federico Ramos, secretario de Estado de Medio Ambiente, sorprendía con la frase “el cambio climático no lo negamos ni lo afirmamos”. Podría parece que sea el cambio climático es una realidad mitológica. “Tenemos un conocimiento científico incierto” –concluía el secretario de Estado.
Y si la pregunta fuera, ¿es el ciclón Sandy consecuencia directa del cambio climático? La propia pregunta supone el cambio climático. La dificultad es que estamos ante fenómenos que no pueden explicarse por relaciones casuales. Nuestros conceptos políticos, éticos e institucionales permiten abordar peligros, que son concretos, definidos y limitados. A lo que nos enfrentamos es riesgos abiertos, indefinidos e incalculables. La gramática de política se ha quedado anticuada para abordar los retos del siglo XXI. El mismo talón de Aquiles que la crisis financiera: unas políticas zombis –término de Ulrich Beck. Usamos una racionalidad equivocada para realizar los diagnósticos.
Una tormenta extratropical entra en lo probable. Ocurre que la mayor humedad y la intensidad de las lluvias si está relacionada con el cambio climático. El calentamiento global hace más intenso el oleaje, amenaza con inundaciones del metro, etc. Que la temperaturas del océano sea de 2,3 grado superior a lo habitual o la dimensión destructiva si que es un efecto del cambio climático.
Ante un riesgo incalculable e improbable se recurren a las falacias narrativas. Forma parte de las estrategias de minimizar las probabilidades del riesgo que favorece el escepticismo social como si no tener miedo fuera un antídoto. Frente el evitar el miedo está el miedo astuto, capaz de olfatear oportunidades, incluso, en el mundo de los seguros, las tecnologías eficientes o las energías renovables. Los que tiene pánico al coraje político caer en el error del gusano, a saber, aquellos que se aferra al capullo sin ver que se está transformando en una mariposa -la imparable transición hacia las energías renovables.
Las herencias del pasado.
Federico Ramos lamentaba que la lucha contra el cambio climático costase a España 40,75 millones de euros -destinados a la compra “aire caliente” a Polonia para poder emitir 105 millones de toneladas de CO2. Antonio Carvajal de PwC señalaba en 2004, en contra el cambio climático, que este costaría 12.000 millones –cifra negada por Arturo Gonzalo AizpiriSecretario general de Cambio Climático -entonces. El gobierno participó  con 770 millones en fondos de carbono que financian proyectos de energías renovables y eficiencia energética en el mundo: una oportunidad que situó a España en la vanguardia tecnológica. Este tejido de innovación, tecnología y conocimiento de dilapida de forma inconsciente con la moratoria (RD 1/2012) que sufren las energías renovables.
Y, sin embargo, nuestra adhesión al protocolo de Kioto es un mérito que se podría atribuir el actual gobierno. La Unión Europea rectificó el Protocolo de Kyoto durante la presidencia Española de la UE, con Josep Pique de Ministro de Exteriores en 2001. Españá fue el país cuyo parlamento -por unanimidad- ratificó Kioto, siendo José Maria Aznar Presidente. ¿Quiere Mariano Rajoy dilapidar esta herencia de su propio partido cuando gobernó España? ¿O algo más grave, la ignora lo que siendo el ministro voto y aprobó?
¿Va a seguir funcionado el comercio de emisiones de CO2?
José Manuel Soria, Ministro de Industria, ya ha dicho que pretender destinar la subasta de derechos de emisiones a cubrir el déficit de la tarifa eléctrica. El “monstruo de Bruselas” en lugar de crear un fondo de miles de millones -con la subasta de CO2- para una revolución industrial ecológica, acabó cediendo este fondo para que sea gstionado por los estados. El fantasma de Bruselas en manos y los leviatanes nacionales.
Forman parte de esos compromisos fraudulentos de la alianza de los dóciles. Hubiera puesto en marcha una reactivación económica basada en un Green New Deal que hubiera parado el golpe más duro de la crisis financiera. Un desatino destinar lo recursos que se obtenga de la subasta de carbono a cubrir el déficit tarifario –que un ejercicio de imaginación contable. Es lo que hay: una Europa en la que cada cual va a la suya; los desafíos globales no forman parte de la agenda política doméstica.
El  mercado de carbono está en peligro. No para ecologistas, el Director de Schell lamentaba que los permisos de CO2 fueran tan bajos que no estén dando una señal correcta a los inversores. El precio de la tonelada de CO2 llegó a 30 euros en verano de 2008, está ahora a 8.08 euros. Reino Unido pidió suprimir 1.800 millones de permisos que impulsar los precios al alza. Y atraer inversiones. La crisis financiara ha supuesto reducir una giga tonelada de CO2 entre 2008 y 2011: la mitad de lo que hay que reducir hasta 2020. Las potencias emergentes no van a esperar que Europa se decida, mientras es cada vez menos relevante.
Nos quedamos mirando el precio del CO2 cuando este pretender trasladar en los precios el riesgo del cambio climático. Es como mirar el dedo en lugar de la luna. En lugar de transparencia, como reclama las aseguradoras, tenemos invisibilidad. Un amasijo de incertidumbre.
Cambio climático se cuela en las presidenciales.
Barack Obama puede recordar que en el debate Mitt Romney propuso que la Agencia Federal de Manejo de Emergencias desaparezca y sea gestionada por el sector privado. Hoy los periodistas insistían en como gestionaría las catástrofes. Aunque tuvo oportunidades para responder “no eliminaré la Agencia Federal”, no lo hizo. La torpeza es que un portavoz de la campaña esbozó como debería de funcionar una Agencia sin saber que existía y está funcionando. Candidatos para inventar la rueda o ventanilla de aviones.
El Gobernador demócrata de Nueva York Andrew Cuomo con decisión dijo “no podemos seguir negando la realidad del cambio climático!”. Lo que antes -sin cambio climático- era una inundación por siglo, ahora se intensifican, más fuertes y frecuentes. Mientras Mitt Romneyrecauda fondos para las víctimas, en fin, recuerda cómo tras Fukushima se prestaba atención a las víctimas y se descalificaban abrir el debate nuclear. No aprendimos del huracán Irene hace un año.
La central de Nueva Jersey declaraba la alerta ante  Sandy, los niveles del agua de las piscinas bajaron de 213 pies a 182. La Comisión Reguladora Nuclear que tiene dos inspectores por planta, enviaba inspectores adicionales a las 26 nucleares por las que pasaría el tornado. Varios reactores fueron cerrados por fallos (en
Europa adaptarlos a estos riesgos supondría -según la Comisión de Energía- 25.000 millones de euros en inversiones!). Estados Unidos los generadores de emergencia están preparados para actuar, sin suministro exterior, durante 7 días. ¿Y España? ¡¡Ay!!
Gerhard Schöeder salvo las elecciones de 2002 poniéndose al frente de las inundaciones y agitando la bandera del cambio climático. Con un vuelco en las encuestas. El candidato de la CDU evitó complicarse la vida y perdió de forma estrepitosa. Barack Obama ante las preguntas sobre Sandy respondía, de forma sobria, “ahora la prioridad es salvar vidas, la elecciones serán la próxima semana”. George Bush arruinó su reputación en Nueva Orleans. Podría Barack Obama acusar al senado del bloqueo de su programa energético y climático. ¿Será capaz la catástrofe de hacer visible las soterradas relaciones entre el huracán y la necesidad de abordar una revolución de las energías renovables?
Actuar.
Se olvida que Escocia plantea lograr un 50% de energías renovables en 2015. Otros se contentan con ese “Dios hazme casto pero no ahora” –que decía Agustín de Hipona. El plan de Axel Salmond contempla generar un 35% más de energía que necesita y abastecer al Reino Unido. Las emisiones de CO2 las ha reducido un 42%. Lo que parecía inalcanzable, el 100% de renovables para 2020, es ahora una meta que se puede superar (http://www.scotland.gov.uk/News/Releases/2012/10/Renewables30102012).
Un huracán poner en jaque la primera potencia del mundo. Si el cambio climático puede atacar Estados Unidos, como dijo Georg Bush antes de dejar la Casa Blanca en 2008, deberemos de declarar, dentro de su mentalidad, una “guerra preventiva” a las emisiones de CO2. No era una ironía. Días antes se discutió en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, como parte de las competencias de seguridad global que tiene el consejo de seguridad, cómo poder implicarse a fondo en las tareas de la Convención de Naciones Unidas para el Cambio Climático.
El alcalde de Nueva York, en este caso republicano, Michel Bloomberg compara los efectos del cambio climático con los de la segunda guerra mundial: “ha dejado el estado asolado”. SuPlan New York 2030 afronta una ambiciosa política de adaptación al cambio climático. La paradoja es que los servidos de emergencia, los bomberos… pero también hospitales, aeropuertos, depuradoras, ferrocarriles autopistas, tratamientos de aguas, cloacas están a menos de tres metros del nivel del mar. Podemos decir que la campaña a las presidencias han sufrido inundaciones. ¿Tendrá efectos en las elecciones autonómicas
___

No hay comentarios: