REDES

Siguenos en Facebook Síguenos en Twitter Siguenos en Linkedin Siguenos en Blogger

martes, 28 de febrero de 2012

Cambio climático, un desafío para las empresas


Las pretensiones de la UE en materia medioambiental representan un reto a distintos niveles de producción.


Escrito por: Altonivel
Twitter: @altonivel
La Unión Europea está inmersa en un ambicioso plan para concretar una revolución industrial verde. El Parlamento Europeo promulgó en 2008 un plan de medidas de protección ambiental, clima y energía. Se convirtió en la primera región en comprometerse legalmente con la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
Aunque las iniciativas medioambientales europeas parecen lejanas a la realidad latinoamericana, probablemente marquen pauta a nivel mundial y, tarde o temprano, sean parte del horizonte empresarial local.
Las políticas energéticas y de cambio climático abordadas por la UE tiene como principal objetivo limitar el aumento de temperatura media mundial, a no más de 2°C , por encima de los niveles preindustriales.  Lo que se traduce en tres metas puntuales para el año 2020: 
  • Reducción del 20% de las emisiones de gases de efecto invernadero.
  • Contar con un 20% de energía procedente de fuentes renovables 
  • Lograr una reducción del 20% en el consumo de energía a través de mayor eficiencia energética.
  • Obtener una cuota mínima de 10% de biocombustibles, del consumo total de gasolina de transporte.


    ¿Cuáles son algunas de las medidas?


    La Unión Europea apuesta porque la mayor reducción de emisiones debe concretarse a través de mejoras en los índices de eficiencia energética y debe ser financiada por cada entidad en particular. 
    Por lo mismo, la lucha contra los gases invernadero puso precio al aire. El Esquema de Comercio de Emisiones (ETS), concede derechos de emisión de CO2 a las empresas, entregados por el Gobierno y autorizados por la UE y ya pueden ser considerados verdaderos refugios de capitales. Las empresas cumplen un protocolo de compraventa, si se superan las emisiones  de derechos asignados pueden comprar los faltantes, como así también vender si sobran cupos de emisión. A partir del 2013, los permisos de emisión serán subastados y parte de los ingresos generados se reinvertirán en tecnologías de baja emisión de carbono. De esta forma, la compraventa se puede realizar de forma bilateral, entre empresas; a través de un intermediario o acudir directamente a la bolsa de CO2, que contiene más opciones, seguridad y riesgos. Los resultados de esta iniciativa parecen reducir las emisiones de gases, ya que los gobiernos disminuyen la cantidad de derechos asignados, con lo que la compra y venta se negocia en contexto de escasez.
    En la actualidad, las empresas asociadas al ETS deben comprar el 20% de sus emisiones en sus permisos, pero que la tasa se elevará al 70% en 2020 con el objetivo final de 100% en 2027. Por lo menos la mitad de los ingresos generados por las subastas serán utilizados para invertir en tecnologías limpias.
    Por otra parte, el Plan Europeo de Recuperación Económica que tuvo un costo de 300 mil mdd, también contempló el fomento de inversiones relacionadas con la energía en áreas específicas como la eólica marina, la captura y almacenamiento de carbono y la interconexión eléctrica. La piedra angular consiste en fomentar la innovación en sectores de manufactura, construcción y automotriz.  Además, demostró el deseo de inversiones estratégicas e inteligentes al elaborar un plan para asociaciones público-privadas para cada unos de estos sectores. Éste fomenta el desarrollo de sistemas de eficiencia energética y materiales en los edificios para reducir el consumo de energía y emisiones de efecto invernadero.
    El gasto energético producido en casas y edificios de la Unión Europea, teniendo en cuenta el ciclo de vida, es responsable del 40% del consumo total de energía del bloque. Como resultado de ello, algunas políticas se centran en tecnologías limpias en las industrias de mayor interés para el público en general como lo es la construcción, y edificios energéticamente eficientes, el mercado automotriz, incentivado la fabricación de vehículos “verdes”.  Vehículos híbridos, electrificación del transporte por carretera y reducción de impuestos para autos de baja emisión parecen ser otras iniciativas de consideración.

    ¿Cómo afectan estas medidas al sector empresarial?

    Por el momento, el sector empresarial es tentado a ser parte de las medidas y aprovechar los recursos puestos sobre la mesa para el fomento de eficiencia energética y reducción de emisiones nocivas para el ambiente. Sin embargo, la tendencia expone que este tipo de iniciativas irá en aumento, y cada vez se volverán más estrictas hasta decantar en legislaciones exigentes para toda empresa. 
    En este contexto el horizonte parece llegar a un concepto: desarrollo sostenible, el cual tiene relación con el manejo y utilización racional de los recursos naturales, con el objetivo de preservarlos para el beneficio propio y de futuras generaciones. Aunque pueda sonar difuso, las implicaciones prácticas de una empresa sostenible pueden tener tres ejes:
    • Eficiencia energética, mediante el control de gasto y la utilización de maquinaria y artefactos de bajo consumo.
    • Utilización de energías renovables. No es necesario abarcar el 100% de la demanda de una empresa. Opciones como la energía eólica o solar en sus distintas modalidades,  son alternativas que pueden complementar fuentes energéticas tradicionales.
    • Desarrollo de productos y servicios amigables con el medio ambiente, como por ejemplos, construcciones con sistemas de aislación que eviten en parte el uso de calefacción y aire acondicionado. 

      La limitación de materias primas y recursos naturales, al agotamiento del modelo energético vigente, al llegar a su cenit de producción de energías fósiles, hace prever el comienzo de una nueva revolución industrial, esta vez “verde”. El impacto económico, social y cultural, de las nuevas tecnologías irá de la mano de nuevas demandas y exigencias por modelos limpios de negocios. Ya no basta con tener procesos productivos exitosos, productos atractivos y rentables. El gran desafío del futuro es hacer coincidir estos factores con altos índices de sustentabilidad ambiental y bajas emociones de carbono. Hoy se debe ser verde.

      ¿Estás dispuesto a convertir tu empresa en amigable para el medioambiente?

      No hay comentarios: